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A mitad del otoño empiezan las primeras nieves. Como siempre South Park se viste de blanco y los habitantes sacan abrigos, gorros y guantes, pero sobre todo las palas para despejar sus entradas. Pero la gente de este pequeño pueblo de montaña está demasiado acostumbrada al frío y nadie les impide seguir con sus vida cotidiana.
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One of those days {Michael}
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One of those days {Michael}
No lograba conciliar el sueño por el constante movimiento de sus entrañas retorcidas que no le permitían dormir tranquilo, así que--- caminó hacia la cocina descalzo a mitad de la noche, se detuvo frente a la nevera y buscó entre las repisas por algo comestible, entrevió un vasito de yoghurt con una pequeña civilización en su interior, "ughhh no gracias". Registró la alacena, contenía una botella medio vacía de Merlot pfff… ¿medio vacía? lo que había dentro no alcanzaba ni para un trago decente, se asomó por la boquilla y murmuró quejándose…
-¿Porqué Dios, porqué…?-
Sorbió lo que equivalía a una cucharada de vino tinto y volvió a la nevera, la abría, la cerraba, esperaba un par de minutos con la mirada fija en las letras y números con imanes que formaban la frase "T3 0DIO", tiró de la manija una vez más aguardando vislumbrar algo que antes no había visto, un detallito… "No Pete, eso ya caducó también desde hace más de un mes…".
Lo mejor era emplear ese tiempo en algo productivo: como deshacerse de aquellos restos de comida que comenzaban a crear pequeños ecosistemas en el frigorífico, cartones de leche agria y un par de cabezas degolladas de los ex-novios de su madre (seguramente eso eran porque le aqueaban en la misma intensidad), y ahora lo único que quedaba eran… condimentos, un sobre de pasta instantánea y café, un sobre, un mísero sobre de café, ughh no planeaba salir… no deseaba salir al día siguiente, y menos sólo.
*******
En el reloj parpadeaban en rojo los dígitos [9:17] y Pete ahora se hallaba sobre su cama maltrecha, con una toalla blanca rodeando su cintura, el cabello teñido aún goteando y mirando el móvil con cierta aprensión.
[@ Michael] xxx-xxxxx-xxxxx
{txt} ¿Desayunarías conmigo en Benny's?
"Ah vamos… sólo es un mensaje Pete, envíalo ¿qué esperas?, además--- ¿qué es lo peor que puede pasar…? que diga que no y desayunes a solas con tu conciencia, esa maldita bastarda, tch... basta! esto no está bien, no-está-nada-bien. ¡He llegado a un punto ridículo! Además… seguro está ocupado con alguien más… y--- shhh! silencio"
Se dió de golpecitos en la frente con el celular por esa malita habilidad de conseguir que algo tan simple se transformara en un situación de lo más estúpidamente incómoda en un parpadeo.
Lo cual se repetiría por enésima vez al deslizar su torpe pulgar hasta presionar [ENVIAR]. Y caería en la cuenta de ello en 3… 2… 1…
☑ Mensaje enviado
El sonido de alerta lo inquietó.
-Ay no no,no,nononno…-
Finalmente se recostó boca arriba de manera patética, cubriéndose los ojos con ambas palmas y bufando por unos 5 minutos.
-¿Porqué Dios, porqué…?-
Sorbió lo que equivalía a una cucharada de vino tinto y volvió a la nevera, la abría, la cerraba, esperaba un par de minutos con la mirada fija en las letras y números con imanes que formaban la frase "T3 0DIO", tiró de la manija una vez más aguardando vislumbrar algo que antes no había visto, un detallito… "No Pete, eso ya caducó también desde hace más de un mes…".
Lo mejor era emplear ese tiempo en algo productivo: como deshacerse de aquellos restos de comida que comenzaban a crear pequeños ecosistemas en el frigorífico, cartones de leche agria y un par de cabezas degolladas de los ex-novios de su madre (seguramente eso eran porque le aqueaban en la misma intensidad), y ahora lo único que quedaba eran… condimentos, un sobre de pasta instantánea y café, un sobre, un mísero sobre de café, ughh no planeaba salir… no deseaba salir al día siguiente, y menos sólo.
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En el reloj parpadeaban en rojo los dígitos [9:17] y Pete ahora se hallaba sobre su cama maltrecha, con una toalla blanca rodeando su cintura, el cabello teñido aún goteando y mirando el móvil con cierta aprensión.
[@ Michael] xxx-xxxxx-xxxxx
{txt} ¿Desayunarías conmigo en Benny's?
"Ah vamos… sólo es un mensaje Pete, envíalo ¿qué esperas?, además--- ¿qué es lo peor que puede pasar…? que diga que no y desayunes a solas con tu conciencia, esa maldita bastarda, tch... basta! esto no está bien, no-está-nada-bien. ¡He llegado a un punto ridículo! Además… seguro está ocupado con alguien más… y--- shhh! silencio"
Se dió de golpecitos en la frente con el celular por esa malita habilidad de conseguir que algo tan simple se transformara en un situación de lo más estúpidamente incómoda en un parpadeo.
Lo cual se repetiría por enésima vez al deslizar su torpe pulgar hasta presionar [ENVIAR]. Y caería en la cuenta de ello en 3… 2… 1…
☑ Mensaje enviado
El sonido de alerta lo inquietó.
-Ay no no,no,nononno…-
Finalmente se recostó boca arriba de manera patética, cubriéndose los ojos con ambas palmas y bufando por unos 5 minutos.
Peter- Mensajes : 48
Fecha de inscripción : 27/08/2014
Re: One of those days {Michael}
¿Qué hora era? Esa era la pregunta del millón cuando un sonido le despertó del séptimo sueño en el que estaba sumido. Bufó y tras el bufido un bostezo furtivo se colocó en su boca, el cual no reprimió. Si su jodido cuerpo quería bostezar, que lo hiciese sin más, Michael no iba a detenerla.
Aún convaleciente de sueño fijo la vista en el blanco techo de su habitación, bien, al menos la noche anterior había llegado hasta la cama, eso sin duda era un enorme logro. Tan cansado de hacer todos esos asuntos conformistas que le rompían la cabeza en mil pedazos, que ni si quiera era consciente de cuando regresaba a casa para dormir.
Tras unos minutos se percató de que algo le había despertado, no fue su despertador, el cual aún trabajaba en rotundo silencio y lo seguiría haciendo después de haber apagado la alarma. Su mano tanteó el resto de la mesilla de noche y finalmente se descubrió el provocador del ruido que le robó el sueño; su teléfono móvil.
Con una mueca alzó el trasto aquel y encendió la pantalla, observando que en la pantalla un mensaje le había llegado, era Peter. ¿Qué querría este muchacho ahora?
Dudó en dejar sin responder el mensaje, pero no, terminó haciéndolo, porque Peter era una de las pocas personas por la que Michael rompería su rutina de sueño mañanero.
[@ Peter] xxx-xxxxx-xxxxx
{txt} Te veo allí a las 10:15. Lleva tabaco, anoche me acabé mi último cigarrillo.
Y esa fue su respuesta, simple y concisa, ¿Para que más? No tenía que dar más explicaciones, ni aunque hubiese respondido a la proposición de manera negativa
Aún convaleciente de sueño fijo la vista en el blanco techo de su habitación, bien, al menos la noche anterior había llegado hasta la cama, eso sin duda era un enorme logro. Tan cansado de hacer todos esos asuntos conformistas que le rompían la cabeza en mil pedazos, que ni si quiera era consciente de cuando regresaba a casa para dormir.
Tras unos minutos se percató de que algo le había despertado, no fue su despertador, el cual aún trabajaba en rotundo silencio y lo seguiría haciendo después de haber apagado la alarma. Su mano tanteó el resto de la mesilla de noche y finalmente se descubrió el provocador del ruido que le robó el sueño; su teléfono móvil.
Con una mueca alzó el trasto aquel y encendió la pantalla, observando que en la pantalla un mensaje le había llegado, era Peter. ¿Qué querría este muchacho ahora?
Dudó en dejar sin responder el mensaje, pero no, terminó haciéndolo, porque Peter era una de las pocas personas por la que Michael rompería su rutina de sueño mañanero.
[@ Peter] xxx-xxxxx-xxxxx
{txt} Te veo allí a las 10:15. Lleva tabaco, anoche me acabé mi último cigarrillo.
Y esa fue su respuesta, simple y concisa, ¿Para que más? No tenía que dar más explicaciones, ni aunque hubiese respondido a la proposición de manera negativa
Michael- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 06/08/2014
Re: One of those days {Michael}
"Mhmm…? 10:15?. Ahh perfecto… pero, ahora sólo me falta comprar una cajetilla."
El chico continuó alistándose, y al tratar de desenredar su teñido cabello fue sorprendido por su madre, dejando el peine atorado entre sus nudos.
-¿Pete, podrías salir a comprar algo?- Preguntó la mujer con una sonrisa pintada en los labios, recargada de manera despreocupada en el marco de la puerta y con los brazos cruzados.
-Lo siento, no puedo, tendrás que molestarlo.- La miró con una mueca de desaprobación, menos mal que esta vez utilizaba una bata para cubrirse.
-No, espera, mejor… vayamos a desayunar los tres, ¿qué te parece?- Se acercó lentamente para terminar de peinarle el cabello; ridícula, simplemente ri-dí-cu-la, y el que actuara como una mocosa enamorada haciéndole tal propuesta, le enchinaba la piel de pura rabia.
-Mmph gracias… pero no, gracias, ya tengo planes, además no quierointerrumpirte interrumpirlos- En cuanto terminó de desenmarañarle el cabello se alejó para buscar lo necesario y salir lo antes posible: billetera, llaves, zippo, y--- no, nada, ni un cigarrillo para el camino.
-¿Tienes una cita? ¡Tienes-una-cita! ahhh! ¿quién es? ¿la conozco? Peter no me dejes asiii~-
-Madre deja de hacer eso… no, ehh… te veo más tarde-
*******
Salió dando zancadas del apartamento, no quería conocer a la nueva adquisición de su progenitora por nada del cosmos, ewww no, ver que seguro tendría unos 27 años, atractivo, prácticamente un maniquí, de lo más hueco, un verdadero imbécil… ¡obvio!,
entre más dóciles mejor...
-Un paquete de Djarum Black, por favor. Gracias.-
Continuó su camino hasta llegar a Benny's, se sentó en el lugar de siempre, y mientras la camarera le servía café ordenó un desayuno americano, había escuchado rumores de que no estaba tan mal, además no se pondría exigente en estos momentos.
"Mhmmm son las 10:00, si cierro los ojos un momento no habrá problema… sólo me recargaré sobre la mesa 5-10 minutos… "
El chico continuó alistándose, y al tratar de desenredar su teñido cabello fue sorprendido por su madre, dejando el peine atorado entre sus nudos.
-¿Pete, podrías salir a comprar algo?- Preguntó la mujer con una sonrisa pintada en los labios, recargada de manera despreocupada en el marco de la puerta y con los brazos cruzados.
-Lo siento, no puedo, tendrás que molestarlo.- La miró con una mueca de desaprobación, menos mal que esta vez utilizaba una bata para cubrirse.
-No, espera, mejor… vayamos a desayunar los tres, ¿qué te parece?- Se acercó lentamente para terminar de peinarle el cabello; ridícula, simplemente ri-dí-cu-la, y el que actuara como una mocosa enamorada haciéndole tal propuesta, le enchinaba la piel de pura rabia.
-Mmph gracias… pero no, gracias, ya tengo planes, además no quiero
-¿Tienes una cita? ¡Tienes-una-cita! ahhh! ¿quién es? ¿la conozco? Peter no me dejes asiii~-
-Madre deja de hacer eso… no, ehh… te veo más tarde-
*******
Salió dando zancadas del apartamento, no quería conocer a la nueva adquisición de su progenitora por nada del cosmos, ewww no, ver que seguro tendría unos 27 años, atractivo, prácticamente un maniquí, de lo más hueco, un verdadero imbécil… ¡obvio!,
entre más dóciles mejor...
-Un paquete de Djarum Black, por favor. Gracias.-
Continuó su camino hasta llegar a Benny's, se sentó en el lugar de siempre, y mientras la camarera le servía café ordenó un desayuno americano, había escuchado rumores de que no estaba tan mal, además no se pondría exigente en estos momentos.
"Mhmmm son las 10:00, si cierro los ojos un momento no habrá problema… sólo me recargaré sobre la mesa 5-10 minutos… "
Peter- Mensajes : 48
Fecha de inscripción : 27/08/2014
Re: One of those days {Michael}
El tiempo pasaba volando y aún más rápido parecía correr cuando se planificaba, cuando apenas se percató de que casi había caído en los brazos de Morfeo el reloj marcaba las 10:00 AM, apenas faltaban unos escasos quince minutos para llegar al lugar acordado. ¿Llegaría puntual? Michael no tenía ni idea, pero tampoco iba a intentar adivinarlo, hacerlo le haría perder el tiempo que desde luego no le sobraba.
No solo su habitación estaba desolada por el desorden, sino todo su departamento estaba del mismo modo, un ciclón de escala 10 sobre 10 había pasado por allí y hubo arrasado todo por su lado, de eso estaba seguro. Pero ya tendría tiempo de lamentarse de algo tan conformista como eso. Vistiendo una camisa negra, unos pantalones ajustados y una chaqueta, todo del mismo color, salió de allí. Ni si quiera se percató de que llevase todo en su sitio, pero la suerte y el destino decidieron correr del lado de Michael, y cuando este metió las manos en los diversos bolsillos de sus prendas, las llaves, la cartera y la vacía cajetilla de tabaco estaban allí.
Sus grandes zancadas le llevaron hasta la cafetería donde de seguro había pasado más tiempo que en ningún otro lugar. Ya todos allí le conocían, al menos los clientes que frecuentaban de forma asidua y los camareros que allí trabajaban, pero nunca se libraba de alguna que otra mirada furtiva de un nuevo cliente que se sorprende al ver entrar por la puerta un muchacho sacado casi de una película de terror de los años 90.
Pero después de tantos años siendo el punto de mira de todos esos conformistas, Michael estaba más que habituado a ellos.
No le hizo falta buscar demasiado a Peter, pues en el lugar de siempre yacía sentado, o mejor dicho, levemente tumbado sobre la mesa. Por su simple gesto Michael comprendió que no durmió demasiado, ¿La razón? Pues en su mente barajaba varias, entre ellas una noche de borrachera solitaria, o posiblemente un nuevo amante de su progenitora, ambas últimamente eran las más frecuentes.
Sin apenas hacer un ruido fuera de lugar tomó sitio en aquel sofá de forma semi circular y tras dejar la cajetilla vacía sobre la mesa tocó la cabeza ajena. Ni si quiera dudó en entrelazar sus largos dedos entre las rojas hebras del cabello de Peter, un suave tirón y finalmente apartó la mano.
Sabía que su gesto no le infringió ningún daño, pero si posiblemente un pequeño susto dentro de su afable sueño.
-Hemos quedado para desayunar, si hubiésemos quedado para dormir te habría invitado a casa- susurró apenas con voz mientras sacaba el encendedor de la cajetilla vacía, comenzando a jugar con él entre sus dedos.
No solo su habitación estaba desolada por el desorden, sino todo su departamento estaba del mismo modo, un ciclón de escala 10 sobre 10 había pasado por allí y hubo arrasado todo por su lado, de eso estaba seguro. Pero ya tendría tiempo de lamentarse de algo tan conformista como eso. Vistiendo una camisa negra, unos pantalones ajustados y una chaqueta, todo del mismo color, salió de allí. Ni si quiera se percató de que llevase todo en su sitio, pero la suerte y el destino decidieron correr del lado de Michael, y cuando este metió las manos en los diversos bolsillos de sus prendas, las llaves, la cartera y la vacía cajetilla de tabaco estaban allí.
Sus grandes zancadas le llevaron hasta la cafetería donde de seguro había pasado más tiempo que en ningún otro lugar. Ya todos allí le conocían, al menos los clientes que frecuentaban de forma asidua y los camareros que allí trabajaban, pero nunca se libraba de alguna que otra mirada furtiva de un nuevo cliente que se sorprende al ver entrar por la puerta un muchacho sacado casi de una película de terror de los años 90.
Pero después de tantos años siendo el punto de mira de todos esos conformistas, Michael estaba más que habituado a ellos.
No le hizo falta buscar demasiado a Peter, pues en el lugar de siempre yacía sentado, o mejor dicho, levemente tumbado sobre la mesa. Por su simple gesto Michael comprendió que no durmió demasiado, ¿La razón? Pues en su mente barajaba varias, entre ellas una noche de borrachera solitaria, o posiblemente un nuevo amante de su progenitora, ambas últimamente eran las más frecuentes.
Sin apenas hacer un ruido fuera de lugar tomó sitio en aquel sofá de forma semi circular y tras dejar la cajetilla vacía sobre la mesa tocó la cabeza ajena. Ni si quiera dudó en entrelazar sus largos dedos entre las rojas hebras del cabello de Peter, un suave tirón y finalmente apartó la mano.
Sabía que su gesto no le infringió ningún daño, pero si posiblemente un pequeño susto dentro de su afable sueño.
-Hemos quedado para desayunar, si hubiésemos quedado para dormir te habría invitado a casa- susurró apenas con voz mientras sacaba el encendedor de la cajetilla vacía, comenzando a jugar con él entre sus dedos.
Michael- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 06/08/2014
Re: One of those days {Michael}
Había comenzado a perder la consciencia, y medio distinguía la realidad del sueño, mhmm acaso ¿habían pasado un par de niños a su lado para curiosear?
-Mira es un fantasma…-
-No seas tonta, los fantasmas no babean--- ¿o sí?-
-Pfff… tú qué sabes de fantasmas…-
-Te digo que noooo, tal vez… es un vampiro, mira su cabello y sus uñas y tiene ropa negra-
-¿Es niña, no? Mhmhmm no veo su pecho, oye y si lo toco ¿crees que muerda?-
-Se comerá todo tu brazo *risas*-
-Las brujas son las que comen niños, no los vampiros...-
-...-
Por instinto Peter se cubrió con ambos brazos sobre la cabeza y continuó dormitando, dejando que los mocosos discutieran su verdadero 'yo' o en cuanto sus tutores los reprendieran, daba igual lo que ocurriese primero; eso hasta distinguir cierta mano de pianista entre su cabello, seguramente seguía soñando…
-Hemos quedado para desayunar, si hubiésemos quedado para dormir te habría invitado a casa-
Más que el suave tirón de cabello, la inconfundible voz de barítono del mayor fue lo que descolocó al muchacho, causando que se estremeciera y por accidente derramara su taza de café.
-¡Michael! tch...! joder… -
Tomó varias servilletas procurando que el líquido no se extendiera sobre la mesa y terminara derramándose, limpió el resto de sus dedos y se recargó en el respaldo de manera pesada.
-No hagas eso…- esbozó una media sonrisa y talló sus ojos para vislumbrarlo con mayor claridad.
-¿Dormir…? eh, es sólo que---tenía más hambre que sueño, ¿tú no, verdad?- Removió algo de cabello de su frente y se enderezó al ver que la camarera se aproximaba.
Antes de colocar los platos sobre la mesa limpió el desorden de Pete, el chico se disculpó por su torpeza, bueno, era de esos pequeños accidentes que ocurrían por lo regular en una cafetería, así que no había necesidad alguna de ser hostiles, ¿o sí? momento--- ¿y esa cajetilla vacía?
-Cierto- Murmuró para sí mismo mientras la camarera anotaba la orden de Michael y servía un par de tazas de café recién hecho, reparó en que el mayor continuaba jugando con su encendedor, con sus largos y finos dedos manipulaba aquél cachivache, joder… incluso de sus pálidas muñecas se había enamorado.
"Deja de mirarlo de ese modo antes de que lo note"
La voz de Henri resonó en su cabeza para reprenderlo con la frase adecuada, tch y no era momento de rememorar los detalles de esa conversación… para nada.
"Ya pues. Hey---¿y el paquete?, estaba justo aquí… ah, perfecto…"
-Por cierto, antes de que lo olvide...- Le extendió la cajetilla negra en cuanto la mujer los dejó solos. -Son todo tuyos.- Agregó mirándole con curiosidad mientras sujetaba la taza entre sus heladas manos.
-Mira es un fantasma…-
-No seas tonta, los fantasmas no babean--- ¿o sí?-
-Pfff… tú qué sabes de fantasmas…-
-Te digo que noooo, tal vez… es un vampiro, mira su cabello y sus uñas y tiene ropa negra-
-¿Es niña, no? Mhmhmm no veo su pecho, oye y si lo toco ¿crees que muerda?-
-Se comerá todo tu brazo *risas*-
-Las brujas son las que comen niños, no los vampiros...-
-...-
Por instinto Peter se cubrió con ambos brazos sobre la cabeza y continuó dormitando, dejando que los mocosos discutieran su verdadero 'yo' o en cuanto sus tutores los reprendieran, daba igual lo que ocurriese primero; eso hasta distinguir cierta mano de pianista entre su cabello, seguramente seguía soñando…
-Hemos quedado para desayunar, si hubiésemos quedado para dormir te habría invitado a casa-
Más que el suave tirón de cabello, la inconfundible voz de barítono del mayor fue lo que descolocó al muchacho, causando que se estremeciera y por accidente derramara su taza de café.
-¡Michael! tch...! joder… -
Tomó varias servilletas procurando que el líquido no se extendiera sobre la mesa y terminara derramándose, limpió el resto de sus dedos y se recargó en el respaldo de manera pesada.
-No hagas eso…- esbozó una media sonrisa y talló sus ojos para vislumbrarlo con mayor claridad.
-¿Dormir…? eh, es sólo que---tenía más hambre que sueño, ¿tú no, verdad?- Removió algo de cabello de su frente y se enderezó al ver que la camarera se aproximaba.
Antes de colocar los platos sobre la mesa limpió el desorden de Pete, el chico se disculpó por su torpeza, bueno, era de esos pequeños accidentes que ocurrían por lo regular en una cafetería, así que no había necesidad alguna de ser hostiles, ¿o sí? momento--- ¿y esa cajetilla vacía?
-Cierto- Murmuró para sí mismo mientras la camarera anotaba la orden de Michael y servía un par de tazas de café recién hecho, reparó en que el mayor continuaba jugando con su encendedor, con sus largos y finos dedos manipulaba aquél cachivache, joder… incluso de sus pálidas muñecas se había enamorado.
"Deja de mirarlo de ese modo antes de que lo note"
La voz de Henri resonó en su cabeza para reprenderlo con la frase adecuada, tch y no era momento de rememorar los detalles de esa conversación… para nada.
"Ya pues. Hey---¿y el paquete?, estaba justo aquí… ah, perfecto…"
-Por cierto, antes de que lo olvide...- Le extendió la cajetilla negra en cuanto la mujer los dejó solos. -Son todo tuyos.- Agregó mirándole con curiosidad mientras sujetaba la taza entre sus heladas manos.
Peter- Mensajes : 48
Fecha de inscripción : 27/08/2014
Re: One of those days {Michael}
Un pequeño espectáculo de manos de Peter, un café derramado y una mirada de disgusto por parte de la camarera que los atendió, justo lo que necesitaba por la mañana al recién despertar. Inevitablemente una leve sonrisa se formó en sus labios al ver todo el desastre ser limpiado ante sus ojos, y al contrario que el causante, el cual comenzó a limpiar con rapidez él se quedó de mero observador.
Porque Michael era un observador nato y realmente disfrutaba manteniendo el silencio y la aparente calma casi tenebrosa que le rodeaba.
-Lo cierto es que lo que más ansiaba era el cigarrillo- musitó mientras el contrario le entregaba finalmente la cajetilla después de que todo estuviese bajo ese orden conformista que debía de llevarse en un lugar como esa cafetería. – Te los pagaré- terminó por asegurar tras encenderlo y darle la primera calada a aquella maravilla de la humanidad que lentamente estaba matándoles por dentro.
En esos momentos poco importaba que el tabaco fuese totalmente dañino para su salud, ¿Quién, de todos modos, querría vivir en un mundo como aquel en el que les tocó vivir? Al menos haría su estancia forzada algo más placentera.
La mirada de desaprobación de la camarera que volvió con sus pedidos provocó que tuviese que apagarlo. Una pena el que estuviese prohibido fumar en aquel lugar, al menos haría esa cafetería un infierno más pasajero.
Con atención observó su plato, un par de tostadas con mantequilla y un café, bien cargado de cafeína y humeante.
-Que burgués- murmuró para sí mismo al ver su desayuno. Por unos segundos se sintió como esos conformistas que allí se encontraban en esos momentos, comiendo sus pedidos con total despreocupación.
Si realmente comer no fuese necesario para vivir, no lo haría, pero el conformismo se regía a veces por las leyes de la madre naturaleza y esta les obligaba a comer para continuar existiendo.
Cansado de observar su insulso plato, tomó el café y observó a Peter de reojo. No parecía haber nada fuera de lo normal en el contrario, podía ver ese pequeño nerviosismo que siempre despertaba en él cuando se encontraban a solas. ¿Las hormonas jugaban en contra del muchacho? Estaba seguro de que sí, pues pensar en un enamoramiento de novela no era la jugada que haría ninguno de ellos.
Sus ojos fueron estudiándole, aprovechando esos segundos donde no era el observado, sino el observador una vez más. ¿Se había arreglado especialmente para ir? No, pero la idea era asquerosamente encantadora, dos sentimientos tan opuestos que le daban ganas de arrancarse las tripas para abrazarlas con amor.
-Dime, Peter, ¿Cómo has pasado la noche? He de imaginar que tu progenitora ha estado jugando a la soltería una vez más, olvidándose de tu existencia hasta por la mañana- entablaría una charla amena, algo que distrajese el silencio incomodo que se formaba alrededor de dos personas que comían solas, aunque sus temas de conversación nunca eran demasiado ortodoxos, pero era n las vidas que les tocó llevar. -¿Quién ha sido el ‘’afortunado’’ en esta ocasión?-
Porque Michael era un observador nato y realmente disfrutaba manteniendo el silencio y la aparente calma casi tenebrosa que le rodeaba.
-Lo cierto es que lo que más ansiaba era el cigarrillo- musitó mientras el contrario le entregaba finalmente la cajetilla después de que todo estuviese bajo ese orden conformista que debía de llevarse en un lugar como esa cafetería. – Te los pagaré- terminó por asegurar tras encenderlo y darle la primera calada a aquella maravilla de la humanidad que lentamente estaba matándoles por dentro.
En esos momentos poco importaba que el tabaco fuese totalmente dañino para su salud, ¿Quién, de todos modos, querría vivir en un mundo como aquel en el que les tocó vivir? Al menos haría su estancia forzada algo más placentera.
La mirada de desaprobación de la camarera que volvió con sus pedidos provocó que tuviese que apagarlo. Una pena el que estuviese prohibido fumar en aquel lugar, al menos haría esa cafetería un infierno más pasajero.
Con atención observó su plato, un par de tostadas con mantequilla y un café, bien cargado de cafeína y humeante.
-Que burgués- murmuró para sí mismo al ver su desayuno. Por unos segundos se sintió como esos conformistas que allí se encontraban en esos momentos, comiendo sus pedidos con total despreocupación.
Si realmente comer no fuese necesario para vivir, no lo haría, pero el conformismo se regía a veces por las leyes de la madre naturaleza y esta les obligaba a comer para continuar existiendo.
Cansado de observar su insulso plato, tomó el café y observó a Peter de reojo. No parecía haber nada fuera de lo normal en el contrario, podía ver ese pequeño nerviosismo que siempre despertaba en él cuando se encontraban a solas. ¿Las hormonas jugaban en contra del muchacho? Estaba seguro de que sí, pues pensar en un enamoramiento de novela no era la jugada que haría ninguno de ellos.
Sus ojos fueron estudiándole, aprovechando esos segundos donde no era el observado, sino el observador una vez más. ¿Se había arreglado especialmente para ir? No, pero la idea era asquerosamente encantadora, dos sentimientos tan opuestos que le daban ganas de arrancarse las tripas para abrazarlas con amor.
-Dime, Peter, ¿Cómo has pasado la noche? He de imaginar que tu progenitora ha estado jugando a la soltería una vez más, olvidándose de tu existencia hasta por la mañana- entablaría una charla amena, algo que distrajese el silencio incomodo que se formaba alrededor de dos personas que comían solas, aunque sus temas de conversación nunca eran demasiado ortodoxos, pero era n las vidas que les tocó llevar. -¿Quién ha sido el ‘’afortunado’’ en esta ocasión?-
Michael- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 06/08/2014
Re: One of those days {Michael}
-No me debes nada- Agregó tras saborear algo de café, y mientras su mirada vagaba de aquí a allá, se detuvo en el rostro del más alto; está de sobra mencionar que contemplar a Michael disfrutando de un cigarrillo era tentador, muy tentador, la presencia del humo de segunda mano enmarcando sus facciones le daba cierto toque irreal que lo dejaba boquiabierto. Desafortunadamente su pequeña, cursi y conformista fantasía fue interrumpida por aquella vocecita que te dice que corras cuando aún hay tiempo…
"Deja de mirarlo y controla esas estúpidas hormonas antes de que tu torpeza emerja como la plaga, hazlo por tu mísera salud emocional que está a borde de la locura."
"Heyy es sólo un vistazo que no daña a nadie, además--- lo disfruta demasiado como para---(!!!)"
Las punzadas de dolor en sus entrañas famélicas lo trajeron de vuelta a la realidad, una realidad en la que ni a su madre le preocupaba si estaba por adquirir el grado de faquir profesional (por aquella resistencia que había desarrollado al soportar largas horas sin alimento y no morir en el intento…aún).
"Veamos qué trajo la mujer… mhmm algo de fruta picada, huevos y un par de tostadas con mermelada: beeeello, luce comestible, huele bien, un desayuno común y corriente, más corriente que común. Mhmmm. Ahora comprobemos que tan--- ahh joder… sabe bastante bien."
O seguramente era su apetito endemoniado, pero a quién diablos le importaba, al menos la bestia en su interior parecía estar sosegada. Lástima que ahora surgía un "pequeño problema", había demasiado silencio entre ellos para su gusto y su delirio de persecución detectó aquella incómoda sensación de ser observado por Michael minuciosamente.
"¿Son las marcas en mi cara?, o de nuevo tengo restos comida en el cabello… mhmmm no, espera--- espeeeera, no-te-está-observado, jahh pobre iluso, deja de alucinar por un momento y ten algo de sentido común."
-Dime, Peter, ¿Cómo has pasado la noche? He de imaginar que tu progenitora ha estado jugando a la soltería una vez más, olvidándose de tu existencia hasta por la mañana-
"Te lo dije."
Suspiró aliviado, bueno--- ni tanto, porque la manera en que expresó su burla en verdad dolió, esa mujer podía ser una irresponsable, con complejo de Peter Pan (o más bien Campanita) y puta claro, no puta, putísima, pero eso sólo podía señalarlo Peter y nadie más. Después de todo no dejaba de ser su madre le gustase o no. Aunque probablemente lo que en verdad le pegó fue el hecho de ser una especie de cáncer para ella.
"Tranquilo, estás siendo demasiado sensible al respecto, eso es todo."
-Mhmm precisamente, para ella sólo existo en el momento en que hay que pagar facturas, cuando el apartamento está sucio o ella tiene hambre.-
Medio sonrió nervioso, dejó a un lado sus cubiertos y comenzó a morderse el labio inferior para 'ayudarse' a evocar los acontecimientos de hace unas horas.
-¿Quién ha sido el ‘’afortunado’’ en esta ocasión?-
-No tuve el 'placer' de conocer al afortunado número… *haciendo cálculo mental* nueve---no espera, once, el afortunado número once, imagino que debe ser como los otros *suspira de manera pesada al comenzar a enumerar las cualidades de los prospectos* joven, con un estúpido nombre artístico, descerebrado, dócil, atractivo, con el único objetivo en la vida de hacer suyo el sueño americano… ya sabes *se encoge de hombros* eso mientras encuentra al burgués que le solucionará la vida *se revolvía el cabello con una mano* ¿Sabes que me llena de rabia? Que ella quería que desayunáramos los tres juntitos*talla sus ojos de manera exasperada* Es decir, pasé la noche en vela, limpiando la nevera y rogando porque no me llamaran para identificar su cuerpo en la morgue, mientras ella se revolcaba con 'Brian' *suelta su característica risa nerviosa por lo irónico de la situación*
-Lo siento *aclara su garganta* he hablado de más----pero en fin, puedo asegurar que a tí te fue mucho mejor, ¿verdad?- recargó uno de sus brazos sobre la mesa para apoyar su mentón y mirarle curioso, su mentecita masoquista ya tenía una idea de lo que debió ocurrir en la noche de Michael.
"Ah Pete como eres imbécil, ¿por qué no derramas ácido fluorhídrico a la herida de una buena vez? seguro es menos doloroso…"
"Deja de mirarlo y controla esas estúpidas hormonas antes de que tu torpeza emerja como la plaga, hazlo por tu mísera salud emocional que está a borde de la locura."
"Heyy es sólo un vistazo que no daña a nadie, además--- lo disfruta demasiado como para---(!!!)"
Las punzadas de dolor en sus entrañas famélicas lo trajeron de vuelta a la realidad, una realidad en la que ni a su madre le preocupaba si estaba por adquirir el grado de faquir profesional (por aquella resistencia que había desarrollado al soportar largas horas sin alimento y no morir en el intento…aún).
"Veamos qué trajo la mujer… mhmm algo de fruta picada, huevos y un par de tostadas con mermelada: beeeello, luce comestible, huele bien, un desayuno común y corriente, más corriente que común. Mhmmm. Ahora comprobemos que tan--- ahh joder… sabe bastante bien."
O seguramente era su apetito endemoniado, pero a quién diablos le importaba, al menos la bestia en su interior parecía estar sosegada. Lástima que ahora surgía un "pequeño problema", había demasiado silencio entre ellos para su gusto y su delirio de persecución detectó aquella incómoda sensación de ser observado por Michael minuciosamente.
"¿Son las marcas en mi cara?, o de nuevo tengo restos comida en el cabello… mhmmm no, espera--- espeeeera, no-te-está-observado, jahh pobre iluso, deja de alucinar por un momento y ten algo de sentido común."
-Dime, Peter, ¿Cómo has pasado la noche? He de imaginar que tu progenitora ha estado jugando a la soltería una vez más, olvidándose de tu existencia hasta por la mañana-
"Te lo dije."
Suspiró aliviado, bueno--- ni tanto, porque la manera en que expresó su burla en verdad dolió, esa mujer podía ser una irresponsable, con complejo de Peter Pan (o más bien Campanita) y puta claro, no puta, putísima, pero eso sólo podía señalarlo Peter y nadie más. Después de todo no dejaba de ser su madre le gustase o no. Aunque probablemente lo que en verdad le pegó fue el hecho de ser una especie de cáncer para ella.
"Tranquilo, estás siendo demasiado sensible al respecto, eso es todo."
-Mhmm precisamente, para ella sólo existo en el momento en que hay que pagar facturas, cuando el apartamento está sucio o ella tiene hambre.-
Medio sonrió nervioso, dejó a un lado sus cubiertos y comenzó a morderse el labio inferior para 'ayudarse' a evocar los acontecimientos de hace unas horas.
-¿Quién ha sido el ‘’afortunado’’ en esta ocasión?-
-No tuve el 'placer' de conocer al afortunado número… *haciendo cálculo mental* nueve---no espera, once, el afortunado número once, imagino que debe ser como los otros *suspira de manera pesada al comenzar a enumerar las cualidades de los prospectos* joven, con un estúpido nombre artístico, descerebrado, dócil, atractivo, con el único objetivo en la vida de hacer suyo el sueño americano… ya sabes *se encoge de hombros* eso mientras encuentra al burgués que le solucionará la vida *se revolvía el cabello con una mano* ¿Sabes que me llena de rabia? Que ella quería que desayunáramos los tres juntitos*talla sus ojos de manera exasperada* Es decir, pasé la noche en vela, limpiando la nevera y rogando porque no me llamaran para identificar su cuerpo en la morgue, mientras ella se revolcaba con 'Brian' *suelta su característica risa nerviosa por lo irónico de la situación*
-Lo siento *aclara su garganta* he hablado de más----pero en fin, puedo asegurar que a tí te fue mucho mejor, ¿verdad?- recargó uno de sus brazos sobre la mesa para apoyar su mentón y mirarle curioso, su mentecita masoquista ya tenía una idea de lo que debió ocurrir en la noche de Michael.
"Ah Pete como eres imbécil, ¿por qué no derramas ácido fluorhídrico a la herida de una buena vez? seguro es menos doloroso…"
Peter- Mensajes : 48
Fecha de inscripción : 27/08/2014
Re: One of those days {Michael}
Encender la mecha en Peter era fácil en ocasiones, sabía que temas sacar a pesar de que pudiesen ser catalogados como ‘temas sensibles’, pero él se sentía con el poder e incluso la potestad para hablar de ello con una despreocupación que posiblemente rozaba la mala educación por su parte, pero el contrario nunca había mostrado una molestia directa hacía el modo especial en que Michael trataba esos temas, así que hasta que ese día llegase pensaba continuar haciéndolo de ese modo.
Como solía decirse, “Perro viejo no aprende trucos nuevos”.
Mientras el contrario hablaba y hablaba, Michael aprovecho para hincarle el diente a su tímido desayuno, posiblemente su modo de atender la conversación podría dar a entender que estaba ignorándole, pero no, oía cada palabra, estaba atento incluso al timbre de voz usado en cada una de las palabras pronunciada.
Peter tenía una vida mísera, no iba a negarlo, pero todos tenían sus problemas, no iba a compadecerse de él, realmente odiaba la compasión con todo su ser, es por ello que ni con sus más allegados iba a mostrarla, pero eso no quería decir que fuese a mantenerse insensible ante él, al menos no ante Peter, el resto de conformistas y seres humanos podían irse al garete si lo deseaban.
Ahora era su turno de entrar en la conversación, una pregunta reciproca que casi daba por seguro que su vida era más llevadera que la de él.
-Lo cierto es que no- el tono de su respuesta fue cortante, serio, pero tras unos segundos se relajó, dejando la taza medio vacía de café sobre la mesa. –Anoche tuve que doblar turno en el trabajo, así que cuando llegue a casa estaba demasiado cansado como para hacer nada que no fuese dormir, a pesar de que pronto debo de entregar el escrito si quiero volver a estar incluido en la revista de siempre. –Pesadamente pasó una mano por su nuca, despeinándose levemente los largos y rizados cabellos que caían sin orden.
Inevitablemente miró al otro muchacho y esbozó una leve sonrisa, una sonrisa casi picara, como si repentinamente hubiese leído sus pensamientos y hubiese entendido de lo que Peter estaba hablando cuando alzó su pregunta al viento.
-Esta noche no hubo ninguna conformista engatusada por el misterio que nos rodea.- añadió como si fuese realmente necesario mientras su mano volvía a tomar la taza de café para beber de ella.
Como solía decirse, “Perro viejo no aprende trucos nuevos”.
Mientras el contrario hablaba y hablaba, Michael aprovecho para hincarle el diente a su tímido desayuno, posiblemente su modo de atender la conversación podría dar a entender que estaba ignorándole, pero no, oía cada palabra, estaba atento incluso al timbre de voz usado en cada una de las palabras pronunciada.
Peter tenía una vida mísera, no iba a negarlo, pero todos tenían sus problemas, no iba a compadecerse de él, realmente odiaba la compasión con todo su ser, es por ello que ni con sus más allegados iba a mostrarla, pero eso no quería decir que fuese a mantenerse insensible ante él, al menos no ante Peter, el resto de conformistas y seres humanos podían irse al garete si lo deseaban.
Ahora era su turno de entrar en la conversación, una pregunta reciproca que casi daba por seguro que su vida era más llevadera que la de él.
-Lo cierto es que no- el tono de su respuesta fue cortante, serio, pero tras unos segundos se relajó, dejando la taza medio vacía de café sobre la mesa. –Anoche tuve que doblar turno en el trabajo, así que cuando llegue a casa estaba demasiado cansado como para hacer nada que no fuese dormir, a pesar de que pronto debo de entregar el escrito si quiero volver a estar incluido en la revista de siempre. –Pesadamente pasó una mano por su nuca, despeinándose levemente los largos y rizados cabellos que caían sin orden.
Inevitablemente miró al otro muchacho y esbozó una leve sonrisa, una sonrisa casi picara, como si repentinamente hubiese leído sus pensamientos y hubiese entendido de lo que Peter estaba hablando cuando alzó su pregunta al viento.
-Esta noche no hubo ninguna conformista engatusada por el misterio que nos rodea.- añadió como si fuese realmente necesario mientras su mano volvía a tomar la taza de café para beber de ella.
Michael- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 06/08/2014
Re: One of those days {Michael}
Ahora jugaba con el tenedor y el resto de su comida cual niño-regañado-que-no-recibiría-ninguna-consola-de-edición-limitada-para-navidad. Imaginaba las palabras que no deseaba escuchar, algo muy parecido a…
"Eso no es asunto tuyo Peter, pero sí, estás en lo correcto, una noche mejor que la tuya definitivamente…con un par de rubias fogosas"
"Ugh!!!, nononnno, ¡por favor!, él no se expresa de ese modo, además es muy reservado en su vida personal---corrección: en prácticamente gran parte de los aspectos de su vida."
-Lo cierto es que no-
"… ¿qué?"
No esperaba aquello, así que dejó el tenedor a un lado y cruzó los brazos bajo su quijada para escuchar aquellas fuertes revelaciones.
–Anoche tuve que doblar turno en el trabajo, así que cuando llegue a casa estaba demasiado cansado como para hacer nada que no fuese dormir, a pesar de que pronto debo de entregar el escrito si quiero volver a estar incluido en la revista de siempre. –
"…"
"…"
"¿Escuché bien?"
"Creo que sí"
"El no fue a---"
"No. Bueno tal vez---mhmmm no, parece que no."
"Creo que pasé por alto el resto de sus responsabilidades."
"Así es. Que pena Peter… tu mente se transforma en la de… como diría Firkle… una maniática-obsesiva-porrista-nazi-conformista-irremediablemente-enamo---"
"Sísíssí. ¡Ya entendí..! Ahh maldición, lo está haciendo de nuevo, podría tocar ese cabello todas las mañanas… "
"¡Hey! Puedes ver pero no tocar, n-no ni siquiera mirar y tocar está prohibido"
"(!!!)"
Lo tomó desprevenido, en sus 5 minutos de pendejez, ¿por qué sonreía Michael de esa manera? ¿por qué-por qué-por qué-por qué?. Eso sólo provocaba que la bestia en su interior se inquietase y despertará su nerviosismo catastrófico de golpe.
-Esta noche no hubo ninguna conformista engatusada por el misterio que nos rodea.-
-Pero--- yo no--- -Se enderezó evadiendo la perspicaz mirada del mayor y mantuvo sus brazos a los costados, empuñando la tela del asiento hasta encajar sus uñas.
"¿Sentiste tremenda bofetada? pfff tú y tu estúpida paranoia… te ha leído al derecho y al revés en cuestión de segundos y sin necesidad de desmembrarte; como siempre."
Michael no era del tipo que daba explicaciones, a nadie. Supuso que encontraba mucho más divertido el hecho de ver cómo las personas con sus vacías y huecas existencias se entretenían creando toda una novela barata sobre el modo en que el muchcacho manejaba su vida. O algo así...
Entonces… ¿por qué aclararía ese punto? mhmm raro. Sin embargo agradecía que al menos las voces en su interior enmudecieron, ojalá y lo lograse para salir de la cafetería en una sola pieza y sin problemas.
"¿Y por cuanto tiempo más debes esperar para armarte de valor…?"
"Shhhh ahora no"
"Entre más tiempo transcurra, más doloroso será el rechazo"
Basta, dejaría sus melancólicos y patéticos pensamientos en su regreso a--- maldición, ¿cúal regreso? no podía volver al apartamento, al menos no hasta el anochecer, perfecto---- agrega algo más a la lista. Suspiró de manera pesada y esta vez procuró relajar su postura, tomando casualmente la taza medio-vacía entre sus manos.
-Mhmmm un escrito… ¿Y de qué trata tu manuscrito pendiente?- Bebió algo de café y mientras le miraba jugaba con sus manos o sacaba un anillo y lo manipulaba entre sus falanges para utilizarlo como pararrayos contra su ansiedad (según él).-No me digas que es para esta tarde… -
"Eso no es asunto tuyo Peter, pero sí, estás en lo correcto, una noche mejor que la tuya definitivamente…
"Ugh!!!, nononnno, ¡por favor!, él no se expresa de ese modo, además es muy reservado en su vida personal---corrección: en prácticamente gran parte de los aspectos de su vida."
-Lo cierto es que no-
"… ¿qué?"
No esperaba aquello, así que dejó el tenedor a un lado y cruzó los brazos bajo su quijada para escuchar aquellas fuertes revelaciones.
–Anoche tuve que doblar turno en el trabajo, así que cuando llegue a casa estaba demasiado cansado como para hacer nada que no fuese dormir, a pesar de que pronto debo de entregar el escrito si quiero volver a estar incluido en la revista de siempre. –
"…"
"…"
"¿Escuché bien?"
"Creo que sí"
"El no fue a---"
"No. Bueno tal vez---mhmmm no, parece que no."
"Creo que pasé por alto el resto de sus responsabilidades."
"Así es. Que pena Peter… tu mente se transforma en la de… como diría Firkle… una maniática-obsesiva-porrista-nazi-conformista-irremediablemente-enamo---"
"Sísíssí. ¡Ya entendí..! Ahh maldición, lo está haciendo de nuevo, podría tocar ese cabello todas las mañanas… "
"¡Hey! Puedes ver pero no tocar, n-no ni siquiera mirar y tocar está prohibido"
"(!!!)"
Lo tomó desprevenido, en sus 5 minutos de pendejez, ¿por qué sonreía Michael de esa manera? ¿por qué-por qué-por qué-por qué?. Eso sólo provocaba que la bestia en su interior se inquietase y despertará su nerviosismo catastrófico de golpe.
-Esta noche no hubo ninguna conformista engatusada por el misterio que nos rodea.-
-Pero--- yo no--- -Se enderezó evadiendo la perspicaz mirada del mayor y mantuvo sus brazos a los costados, empuñando la tela del asiento hasta encajar sus uñas.
"¿Sentiste tremenda bofetada? pfff tú y tu estúpida paranoia… te ha leído al derecho y al revés en cuestión de segundos y sin necesidad de desmembrarte; como siempre."
Michael no era del tipo que daba explicaciones, a nadie. Supuso que encontraba mucho más divertido el hecho de ver cómo las personas con sus vacías y huecas existencias se entretenían creando toda una novela barata sobre el modo en que el muchcacho manejaba su vida. O algo así...
Entonces… ¿por qué aclararía ese punto? mhmm raro. Sin embargo agradecía que al menos las voces en su interior enmudecieron, ojalá y lo lograse para salir de la cafetería en una sola pieza y sin problemas.
"¿Y por cuanto tiempo más debes esperar para armarte de valor…?"
"Shhhh ahora no"
"Entre más tiempo transcurra, más doloroso será el rechazo"
Basta, dejaría sus melancólicos y patéticos pensamientos en su regreso a--- maldición, ¿cúal regreso? no podía volver al apartamento, al menos no hasta el anochecer, perfecto---- agrega algo más a la lista. Suspiró de manera pesada y esta vez procuró relajar su postura, tomando casualmente la taza medio-vacía entre sus manos.
-Mhmmm un escrito… ¿Y de qué trata tu manuscrito pendiente?- Bebió algo de café y mientras le miraba jugaba con sus manos o sacaba un anillo y lo manipulaba entre sus falanges para utilizarlo como pararrayos contra su ansiedad (según él).-No me digas que es para esta tarde… -
Peter- Mensajes : 48
Fecha de inscripción : 27/08/2014
Re: One of those days {Michael}
Peter era como un libro abierto, tan expresivo que ni si quiera debía de ser consciente de ello, ¿O es que él mismo era como una piedra? No, estaba seguro que cuando deseaba que algo se supiese sus expresiones jugaban la carta acertada. Pudo ver el momento de pánico previo a su respuesta en el brillo de los ojos ajenos, pánico que evolucionó a sorpresa y luego a una cierta vergüenza por haber sido tan evidente.
Aquel muchacho posiblemente no lo sabía, pero amenizaba demasiado el tiempo que pasaban juntos. Decidió no insistir demasiado en el tema, continuaría hablando con normalidad, como si realmente no se hubiese percatado de nada de lo que pasaba delante de sus ojos.
Sus manos volvieron a posarse sobre la mesa, golpeando esta de forma suave con los dedos, un movimiento que no producía ningún ruido real, de no ser que el silencio sepulcral se cerniese sobre ellos, entonces estaba seguro de que algo podría oírse, aunque fuese solo el bombear de la sangre dentro de sus cuerpos.
-No, no es para esta tarde. – decidió responder su cuestión mientras sus ojos vagaban por su alrededor. Las familias que los acompañaban en aquel lugar iban y venían, ni si quiera fue consciente de cuando la que estaba tras ellos se marchó, dejando pasó a una nueva, esta vez y para suerte de ambos chicos, sin niños pequeños. –Aún tengo tres días, suficiente para acabarlo. – su mirada finalizó su viaje posándose sobre su acompañante.
Peter parecía más tranquilo, un alivio en cierto modo, porque temía que repentinamente le diese un infarto y tuviese que hacerse cargo de él.
-El relato es…- hizo una pausa antes de continuar su nueva frase, pues cual niño mimado el movimiento del anillo entre los dedos ajenos llamó demasiado su atención, tanta que sin pensarlo demasiado estiró su mano más cercana él y con un movimiento sutil y suave se lo arrebató de las manos, siendo Michael ahora quien se deleitaba con el ir y venir del objeto entre sus largos dedos. –El relato es la continuación del de la pasada quincena – finalmente dijo mientras se colocaba el anillo en el dedo anular, para luego observarlo detenidamente, como si ahora aquel burdo objeto de decoración humana se tratase de la joya más preciada del mundo.
Tras mantenerlo unos segundos bajo su vista terminó por quitárselo y devolvérselo a su legítimo dueño. El mayor era consciente de las consecuencias internas de sus acciones casuales que parecían estar tan calculadas al milímetro, pero le gustaba jugar con fuego hasta quemarse, aunque no lo aparentase realmente.
-Oye, Peter, ¿Tienes algo que hacer ahora?- finalmente cuestionó tras otros segundos en silencio, de reojo observó al más joven, y antes de que pudiese decir nada continuó hablando. – Necesitare ayuda en el departamento –
No tenía que decir más, porque decir algo más sobraba, imaginaba que la respuesta sería afirmativa, pero el llevarse alguien a la fuerza estaba penado por la ley.
Aquel muchacho posiblemente no lo sabía, pero amenizaba demasiado el tiempo que pasaban juntos. Decidió no insistir demasiado en el tema, continuaría hablando con normalidad, como si realmente no se hubiese percatado de nada de lo que pasaba delante de sus ojos.
Sus manos volvieron a posarse sobre la mesa, golpeando esta de forma suave con los dedos, un movimiento que no producía ningún ruido real, de no ser que el silencio sepulcral se cerniese sobre ellos, entonces estaba seguro de que algo podría oírse, aunque fuese solo el bombear de la sangre dentro de sus cuerpos.
-No, no es para esta tarde. – decidió responder su cuestión mientras sus ojos vagaban por su alrededor. Las familias que los acompañaban en aquel lugar iban y venían, ni si quiera fue consciente de cuando la que estaba tras ellos se marchó, dejando pasó a una nueva, esta vez y para suerte de ambos chicos, sin niños pequeños. –Aún tengo tres días, suficiente para acabarlo. – su mirada finalizó su viaje posándose sobre su acompañante.
Peter parecía más tranquilo, un alivio en cierto modo, porque temía que repentinamente le diese un infarto y tuviese que hacerse cargo de él.
-El relato es…- hizo una pausa antes de continuar su nueva frase, pues cual niño mimado el movimiento del anillo entre los dedos ajenos llamó demasiado su atención, tanta que sin pensarlo demasiado estiró su mano más cercana él y con un movimiento sutil y suave se lo arrebató de las manos, siendo Michael ahora quien se deleitaba con el ir y venir del objeto entre sus largos dedos. –El relato es la continuación del de la pasada quincena – finalmente dijo mientras se colocaba el anillo en el dedo anular, para luego observarlo detenidamente, como si ahora aquel burdo objeto de decoración humana se tratase de la joya más preciada del mundo.
Tras mantenerlo unos segundos bajo su vista terminó por quitárselo y devolvérselo a su legítimo dueño. El mayor era consciente de las consecuencias internas de sus acciones casuales que parecían estar tan calculadas al milímetro, pero le gustaba jugar con fuego hasta quemarse, aunque no lo aparentase realmente.
-Oye, Peter, ¿Tienes algo que hacer ahora?- finalmente cuestionó tras otros segundos en silencio, de reojo observó al más joven, y antes de que pudiese decir nada continuó hablando. – Necesitare ayuda en el departamento –
No tenía que decir más, porque decir algo más sobraba, imaginaba que la respuesta sería afirmativa, pero el llevarse alguien a la fuerza estaba penado por la ley.
Michael- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 06/08/2014
Re: One of those days {Michael}
-No, no es para esta tarde. –
-Menos mal-
Buscaba con la mirada aquello que observaba su amigo por mera inercia, ¿el resto de los comensales?, sí pero--- ¿ahh? y ese par de moquitos que se despedían de--- ¿Pete?, moviendo sus manitas regordetas tan enérgicamente. Frunció el ceño no muy seguro de si el mensaje iba dirigido a él, pero de cualquier modo imitó el gesto de los niños moviendo la mano indecisamente para decir adiós, los chiquillos rieron y finalmente salieron acompañados de sus padres.
"Par de raritos"
–Aún tengo tres días, suficiente para acabarlo–
Se mordía los labios en gesto pensativo y sin dejar de jugar con el anillo de ópalo entre sus manos inquietas.
"Mhmm conque tres días… es decir que… posiblemente… permanecerá encerrado en su apartamento, sin comer, ni dormir y pegado al ordenador hasta concluir, o una cosa semejante."
"No, no lo creo, no es como tú"
Bueeeno, lo cierto es que despertaba "un poco" de curiosidad en el muchacho saber cómo Michael manejaba su proceso creativo… usualmente mostraba tanta calma que era complicado proyectarlo en un estado así.
"Eso es porque no todos se deschavetan como tú, así de simple…"
Mmmphh… ¿qué se sentiría poseer tanto control y no ser una especie de calamidad con patas?
Es decir, dejando de lado la serie de reacciones que descargaba en Pete de manera inconsciente, la presencia de Michael establecía algo que no muchos o más bien prácticamente nadie podía brindarle: algo de tranquilidad en su agitada existencia. Por ello era tan atrayente permanecer a su alrededor… había encontrado su contrapunto.
"Tú y tus vicios masoquistas Pete"
-El relato es…-
-…!!!-
"m-me siento desnudo y las manos me hormiguean"
"¿no te ha dicho lo absurdo que eres, verdad? sólo tomó tu tonto anillo"
"entonces estoy al borde de la cornisa"
"es el maldito insomnio y/o comiste algo que expiró:
delirio por intoxicación alimentaria + hormonas + falta de sueño = carcoma de tu sistema nervioso"
"si nota que me ha transformado en un completo imbécil moriré de vergüenza"
–El relato es la continuación del de la pasada quincena –
Ladeó la cabeza enfocando su intranquilidad en desenmarañar las puntas de su melena mientras Michael se probaba el anillo despreocupadamente.
-Eso no me dice mucho- frunció el ceño y olisqueó un mechón de su teñido cabello.
"¿Le habrá gustado tu baratija?"
"no lo sé, no creo..."
Medio-sonrió colocando de vuelta su sortija predilecta en el dedo índice. Decían que el color cambiaba dependiendo el estado de humor del usuario… cuentos, puros cuentos…
-Oye, Peter, ¿Tienes algo que hacer ahora?-
"Mhmmm quería ir al cine, pero---"
– Necesitare ayuda en el departamento –
Traducción: No me importa. Irás.
-Tan difícil es decir: Peter, ¿serías tan amable ayudarme con mi departamento?- Resignado, esbozó una sonrisa que alcanzó su mirada y asintió a su petición -Claro-
Suspiró de manera pesada y buscó entre sus bolsillos por su cartera, sacó un par de billetes y al hacer contacto visual con la camarera le pidió la cuenta.
-¿Podré dormir en tu apartamento en cuanto acabemos?-
-Menos mal-
Buscaba con la mirada aquello que observaba su amigo por mera inercia, ¿el resto de los comensales?, sí pero--- ¿ahh? y ese par de moquitos que se despedían de--- ¿Pete?, moviendo sus manitas regordetas tan enérgicamente. Frunció el ceño no muy seguro de si el mensaje iba dirigido a él, pero de cualquier modo imitó el gesto de los niños moviendo la mano indecisamente para decir adiós, los chiquillos rieron y finalmente salieron acompañados de sus padres.
"Par de raritos"
–Aún tengo tres días, suficiente para acabarlo–
Se mordía los labios en gesto pensativo y sin dejar de jugar con el anillo de ópalo entre sus manos inquietas.
"Mhmm conque tres días… es decir que… posiblemente… permanecerá encerrado en su apartamento, sin comer, ni dormir y pegado al ordenador hasta concluir, o una cosa semejante."
"No, no lo creo, no es como tú"
Bueeeno, lo cierto es que despertaba "un poco" de curiosidad en el muchacho saber cómo Michael manejaba su proceso creativo… usualmente mostraba tanta calma que era complicado proyectarlo en un estado así.
"Eso es porque no todos se deschavetan como tú, así de simple…"
Mmmphh… ¿qué se sentiría poseer tanto control y no ser una especie de calamidad con patas?
Es decir, dejando de lado la serie de reacciones que descargaba en Pete de manera inconsciente, la presencia de Michael establecía algo que no muchos o más bien prácticamente nadie podía brindarle: algo de tranquilidad en su agitada existencia. Por ello era tan atrayente permanecer a su alrededor… había encontrado su contrapunto.
"Tú y tus vicios masoquistas Pete"
-El relato es…-
-…!!!-
"m-me siento desnudo y las manos me hormiguean"
"¿no te ha dicho lo absurdo que eres, verdad? sólo tomó tu tonto anillo"
"entonces estoy al borde de la cornisa"
"es el maldito insomnio y/o comiste algo que expiró:
delirio por intoxicación alimentaria + hormonas + falta de sueño = carcoma de tu sistema nervioso"
"si nota que me ha transformado en un completo imbécil moriré de vergüenza"
–El relato es la continuación del de la pasada quincena –
Ladeó la cabeza enfocando su intranquilidad en desenmarañar las puntas de su melena mientras Michael se probaba el anillo despreocupadamente.
-Eso no me dice mucho- frunció el ceño y olisqueó un mechón de su teñido cabello.
"¿Le habrá gustado tu baratija?"
"no lo sé, no creo..."
Medio-sonrió colocando de vuelta su sortija predilecta en el dedo índice. Decían que el color cambiaba dependiendo el estado de humor del usuario… cuentos, puros cuentos…
-Oye, Peter, ¿Tienes algo que hacer ahora?-
"Mhmmm quería ir al cine, pero---"
– Necesitare ayuda en el departamento –
Traducción: No me importa. Irás.
-Tan difícil es decir: Peter, ¿serías tan amable ayudarme con mi departamento?- Resignado, esbozó una sonrisa que alcanzó su mirada y asintió a su petición -Claro-
Suspiró de manera pesada y buscó entre sus bolsillos por su cartera, sacó un par de billetes y al hacer contacto visual con la camarera le pidió la cuenta.
-¿Podré dormir en tu apartamento en cuanto acabemos?-
Peter- Mensajes : 48
Fecha de inscripción : 27/08/2014
Re: One of those days {Michael}
Su respuesta le provocó una leve sonrisa, había aceptado y posiblemente el muchacho de cabellos teñidos no era consciente de la gratitud que sentía por él en esos instantes tras haber respondido ‘afirmativamente’ a su propuesta.
La camarera terminó por acercarse a los muchachos, momento en el que Michael aprovecho también para pagar su desayuno. Allí no tenían nada más que hacer y permanecer en ese sitio de seguro les provocaría una tremenda depresión, eso o quizás una úlcera por estar rodeados por tantas familias felices.
Tras dejar el dinero sobre la mesa se incorporó, arreglándose la ropa de forma leve tras estar sobre sus pies, saliendo de aquella mesa y echando a caminar una vez su compañero se colocó a su altura.
Apenas salió del establecimiento, Michael, tomó un nuevo cigarrillo y lo prendió, dejando que el humo de la primera calada avivadora se hundiese en sus pulmones. Exquisita sensación.
Tras apartarse el cigarrillo de los labios para sostenerlo entre sus dedos índice y corazón, se relamió los labios, repentinamente secos por el fresco matutino que aun reinaba en el ambiente.
-Cuando acabes de ayudarme podremos hacer lo que quieras en mi departamento- Sus palabras sonaron casuales, sin aparente intención alguna más allá de la propuesta de dormir que dijo Peter en el interior de la cafetería, pero Michael, como en ocasiones anteriores, escogió sus palabras de forma deliberada por el simple hecho de anhelar ver el nerviosismo de su compañero.
De reojo lo miró, pero no por demasiado tiempo.
-Necesito mover el sofá y la mesa de la sala de estar, yo solo tardaría demasiado tiempo. Cuatro manos trabajan mejor que dos. – finalizó diciendo para luego dejar escapar el humo que se encontraba en sus pulmones después de la última calada que dio al cigarrillo.
Después de eso se mantuvo en silencio, su cabeza estaba trabajando en ciertos pensamientos que habían sido evocados por sus propias palabras. Michael, contrario a esa fama que dejaba caer a sus propios amigos, no era un muchacho que llevase a cualquiera a su cama, ni si quiera a su casa, era verdad que el coqueteo con aquellas conformistas curiosas que se acercaban debido a su aspecto era real, admitiría el gusto por ese juego de tira y afloja, donde creaba esperanzas a esas muchachas vacías para luego romperlas frente a sus ojos.
Podría ser bastante malvado en ese sentido a ojos del resto de la sociedad, pero ellas nunca hicieron nada positivo por Michael, ¿Por qué debía él, entonces, llevarlas a casa, lugar donde su intimidad se encontraba?
Pero regresando al punto inicial, Peter, con él, estaba seguro, era diferente, su juego no era tan falso como con aquellas muchachas. No, lo cierto es que Peter ya tenía suficiente como para que Michael también jugase con sus sentimientos, él solo se divertía e intentaba buscarle un consuelo.
¿Pero el consuelo de sus palabras se volvió insuficiente? Estaba seguro de que sí. Entonces, ¿Qué debía de hacer? Pues la realidad era que el mayor daría más de lo que nadie, ni si quiera el propio muchacho teñido, podría imaginar, si sus palabras ya no llenaban la heridas internas del contrario daría su cuerpo sin rechistar, incluso si tuviese que perder un brazo por él, porque si Michael les fallaba, si ellos se fallaban entre ellos, ¿Quiénes les quedarían entonces?
La camarera terminó por acercarse a los muchachos, momento en el que Michael aprovecho también para pagar su desayuno. Allí no tenían nada más que hacer y permanecer en ese sitio de seguro les provocaría una tremenda depresión, eso o quizás una úlcera por estar rodeados por tantas familias felices.
Tras dejar el dinero sobre la mesa se incorporó, arreglándose la ropa de forma leve tras estar sobre sus pies, saliendo de aquella mesa y echando a caminar una vez su compañero se colocó a su altura.
Apenas salió del establecimiento, Michael, tomó un nuevo cigarrillo y lo prendió, dejando que el humo de la primera calada avivadora se hundiese en sus pulmones. Exquisita sensación.
Tras apartarse el cigarrillo de los labios para sostenerlo entre sus dedos índice y corazón, se relamió los labios, repentinamente secos por el fresco matutino que aun reinaba en el ambiente.
-Cuando acabes de ayudarme podremos hacer lo que quieras en mi departamento- Sus palabras sonaron casuales, sin aparente intención alguna más allá de la propuesta de dormir que dijo Peter en el interior de la cafetería, pero Michael, como en ocasiones anteriores, escogió sus palabras de forma deliberada por el simple hecho de anhelar ver el nerviosismo de su compañero.
De reojo lo miró, pero no por demasiado tiempo.
-Necesito mover el sofá y la mesa de la sala de estar, yo solo tardaría demasiado tiempo. Cuatro manos trabajan mejor que dos. – finalizó diciendo para luego dejar escapar el humo que se encontraba en sus pulmones después de la última calada que dio al cigarrillo.
Después de eso se mantuvo en silencio, su cabeza estaba trabajando en ciertos pensamientos que habían sido evocados por sus propias palabras. Michael, contrario a esa fama que dejaba caer a sus propios amigos, no era un muchacho que llevase a cualquiera a su cama, ni si quiera a su casa, era verdad que el coqueteo con aquellas conformistas curiosas que se acercaban debido a su aspecto era real, admitiría el gusto por ese juego de tira y afloja, donde creaba esperanzas a esas muchachas vacías para luego romperlas frente a sus ojos.
Podría ser bastante malvado en ese sentido a ojos del resto de la sociedad, pero ellas nunca hicieron nada positivo por Michael, ¿Por qué debía él, entonces, llevarlas a casa, lugar donde su intimidad se encontraba?
Pero regresando al punto inicial, Peter, con él, estaba seguro, era diferente, su juego no era tan falso como con aquellas muchachas. No, lo cierto es que Peter ya tenía suficiente como para que Michael también jugase con sus sentimientos, él solo se divertía e intentaba buscarle un consuelo.
¿Pero el consuelo de sus palabras se volvió insuficiente? Estaba seguro de que sí. Entonces, ¿Qué debía de hacer? Pues la realidad era que el mayor daría más de lo que nadie, ni si quiera el propio muchacho teñido, podría imaginar, si sus palabras ya no llenaban la heridas internas del contrario daría su cuerpo sin rechistar, incluso si tuviese que perder un brazo por él, porque si Michael les fallaba, si ellos se fallaban entre ellos, ¿Quiénes les quedarían entonces?
Michael- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 06/08/2014
Re: One of those days {Michael}
En cuanto la puerta se cerró acompañada de un pequeño campaneo, el viento helado lo abofeteó directo al rostro, al menos era para obligarle a reaccionar por segunda vez en el día, cerró su chaqueta hasta el cuello y tras frotarse las manos, las mantuvo en los bolsillos del abrigo para evitar que se resquebrajaran en caso de hipotermia o algo parecido, sin duda alguna, el mejor clima que podía pedir.
Menos mal que ésta vez no se vería obligado a visitar a Herni o Firkle para pedir posada y después ser echado cual testigo de Jehová, los amaba incondicionalmente, de ello no había duda, empero sus progenitores le alteraban los nervios hasta el cansancio. Supuso que la madre de la chica mostraría su perseverante sobreprotección, llamando a la puerta cada 5 minutos con el pretexto de: "Se les ofrece algo, cielo…?" mmppph pobre mujer… taaan mortificada, definitivamente no quería ser el causante de una rabieta por parte de ella, no gracias; y con el menor de los cuatro la situación era demasiado tensa entre sus padres, o algo escuchó…
-Cuando acabes de ayudarme podremos hacer lo que quieras en mi departamento-
"Ahhh???"
"Dormir es suficiente.Dormir es suficiente.Dormir es suficiente.Dormir es suficiente.Dormir es suficiente."
Cientos de escalofríos recorrieron sus huesos en un microsegundo, y claro, las taquicardias que ya hacían de las suyas lo estaban sonrojando---definitivamente… ughh…
"Sólo un pequeño empujón para que mi juicio se desboque es más que suficiente--- ngh… planea provocarme un ataque al miocardio…?!"
-Lo que yo quiera…- aclaró su garganta y clavó su mirada al pavimento -sí, claro, porque no- afirmó en su usual tono de voz, acompañado de esa inquietud que le nublaba la poca cordura que poseía por Michael.
- Necesito mover el sofá y la mesa de la sala de estar, yo solo tardaría demasiado tiempo. Cuatro manos trabajan mejor que dos. –
-Mhmm, no hay problema- dicho esto se quitó el cabello de la frente con su habitual movimiento.
Continuaron caminando por la acera en silencio, era de aquellas veces en que no había necesidad de llenar esa quietud con palabras, no le molestaba en absoluto, el simple hecho de pasear a su lado le dejaba una estúpida sonrisa que le quitaba tremenda tensión en las vértebras y silenciaba las molestas voces en su cabeza; el único problema era que Michael llegaba a estar tan embelesado en sus reflexiones que actuaba de forma automática, y por seguir al resto de los peatones aún no reparaba en que la señal del semáforo había cambiado en rojo.
-Hey, espera..!- lo tomó del brazo a tiempo para detenerle -aún no es nuestro turno- cerró los ojos suspirando de manera pesada, se había olvidado respirar por unos segundos, mhmm y aún persistía el irritante cosquilleo en sus muñecas.
"¿En qué estás pensando..?"
Al cruzar la calle le miró por el rabillo del ojo, empero no podía descifrarlo del todo, desvelado, indeciso, ¿qué?. Ah y otro pequeño detalle... su mano seguía aferrada al brazo izquierdo del mayor, la regla era no tocar, sin embargo no podía permitir que Michael circulara abstraído por el mundo y en peligro mortal de que sufriera un accidente--- ughh no, nonononono, ni pensarlo, la sola imagen le revolvía las entrañas.
"Suéltalo"
"No"
"¿No..?"
"N-no puedo"
En resumen: no se separaría hasta llegar a la puerta de su casa.
Menos mal que ésta vez no se vería obligado a visitar a Herni o Firkle para pedir posada y después ser echado cual testigo de Jehová, los amaba incondicionalmente, de ello no había duda, empero sus progenitores le alteraban los nervios hasta el cansancio. Supuso que la madre de la chica mostraría su perseverante sobreprotección, llamando a la puerta cada 5 minutos con el pretexto de: "Se les ofrece algo, cielo…?" mmppph pobre mujer… taaan mortificada, definitivamente no quería ser el causante de una rabieta por parte de ella, no gracias; y con el menor de los cuatro la situación era demasiado tensa entre sus padres, o algo escuchó…
-Cuando acabes de ayudarme podremos hacer lo que quieras en mi departamento-
"Ahhh???"
"Dormir es suficiente.Dormir es suficiente.Dormir es suficiente.Dormir es suficiente.Dormir es suficiente."
Cientos de escalofríos recorrieron sus huesos en un microsegundo, y claro, las taquicardias que ya hacían de las suyas lo estaban sonrojando---definitivamente… ughh…
"Sólo un pequeño empujón para que mi juicio se desboque es más que suficiente--- ngh… planea provocarme un ataque al miocardio…?!"
-Lo que yo quiera…- aclaró su garganta y clavó su mirada al pavimento -sí, claro, porque no- afirmó en su usual tono de voz, acompañado de esa inquietud que le nublaba la poca cordura que poseía por Michael.
- Necesito mover el sofá y la mesa de la sala de estar, yo solo tardaría demasiado tiempo. Cuatro manos trabajan mejor que dos. –
-Mhmm, no hay problema- dicho esto se quitó el cabello de la frente con su habitual movimiento.
Continuaron caminando por la acera en silencio, era de aquellas veces en que no había necesidad de llenar esa quietud con palabras, no le molestaba en absoluto, el simple hecho de pasear a su lado le dejaba una estúpida sonrisa que le quitaba tremenda tensión en las vértebras y silenciaba las molestas voces en su cabeza; el único problema era que Michael llegaba a estar tan embelesado en sus reflexiones que actuaba de forma automática, y por seguir al resto de los peatones aún no reparaba en que la señal del semáforo había cambiado en rojo.
-Hey, espera..!- lo tomó del brazo a tiempo para detenerle -aún no es nuestro turno- cerró los ojos suspirando de manera pesada, se había olvidado respirar por unos segundos, mhmm y aún persistía el irritante cosquilleo en sus muñecas.
"¿En qué estás pensando..?"
Al cruzar la calle le miró por el rabillo del ojo, empero no podía descifrarlo del todo, desvelado, indeciso, ¿qué?. Ah y otro pequeño detalle... su mano seguía aferrada al brazo izquierdo del mayor, la regla era no tocar, sin embargo no podía permitir que Michael circulara abstraído por el mundo y en peligro mortal de que sufriera un accidente--- ughh no, nonononono, ni pensarlo, la sola imagen le revolvía las entrañas.
"Suéltalo"
"No"
"¿No..?"
"N-no puedo"
En resumen: no se separaría hasta llegar a la puerta de su casa.
Peter- Mensajes : 48
Fecha de inscripción : 27/08/2014
Re: One of those days {Michael}
Sus pensamientos se vieron interrumpidos de forma brusca después de que alguien le agarrase del brazo izquierdo y repentinamente frenases sus pasos. No tardó en descifrar de quien se trataba y la razón de aquella acción.
Levemente sorprendido miró a su acompañante, quien se ocupó de salvarle de una muerte segura, sonrió, pero solo de forma leve y le dio las gracias, mentalmente, claro estaba.
Esperaron el estúpido tiempo reglamentario hasta que la luz se volvió a colocar en verde para los peatones, entonces fue cuando retomaron su marcha. Pero había algo que parecía no haber cambiado. Michael observó de reojo a Peter y entonces fue cuando se percató de que este aun le sujetaba el brazo.
¿Temía por su vida? Sí, seguro que en cierto modo el agarre le protegería de si mismo, pero estaba seguro de que anhelaba un poco de contacto.
¿O era Michael quien anhelaba ese contacto físico con alguien preciado? De cualquier modo movió el brazo atrapado por la mano del teñido y deshizo el agarre pero solo para posicionarlo en otro lado, es decir, entre sus manos.
El mayor atrapó la mano ajena y entrelazó sus dedos, no demasiado fuerte pero si lo suficientemente seguro como para no dudar en los pocos segundos que duró aquella acción.
Después de saberse seguro en aquel agarre metió ambas manos en el bolsillo izquierdo de su chaqueta con un gesto casual y seguro mientras dejaba que el calor de ambas manos inundase el pequeño espacio interior de aquella prenda.
-Así mejor.- apenas susurró sin mirarlo, continuando su camino, sabía que si le miraba, que si dudaba quizás Peter se alejaría, o quizás las miradas indiscretas de los demás transeúntes se fijarían en ellos un poco más de lo necesario.
El resto del camino se pasó casi de un plumazo, cuando se quiso dar cuenta ya estaba frente a la puerta de su departamento, y ya allí, para si pequeño disgusto, se vio obligado a soltar la mano ajena, había acabado su cometido, que era llevarlo sano y salvo a casa, por lo que mantenerlo era inútil y especialmente molesto.
Aun con un silencio sepulcral rodeándolos el mayor abrió la puerta y pasó primero, dejando vía libre al contrario para pasar.
Levemente sorprendido miró a su acompañante, quien se ocupó de salvarle de una muerte segura, sonrió, pero solo de forma leve y le dio las gracias, mentalmente, claro estaba.
Esperaron el estúpido tiempo reglamentario hasta que la luz se volvió a colocar en verde para los peatones, entonces fue cuando retomaron su marcha. Pero había algo que parecía no haber cambiado. Michael observó de reojo a Peter y entonces fue cuando se percató de que este aun le sujetaba el brazo.
¿Temía por su vida? Sí, seguro que en cierto modo el agarre le protegería de si mismo, pero estaba seguro de que anhelaba un poco de contacto.
¿O era Michael quien anhelaba ese contacto físico con alguien preciado? De cualquier modo movió el brazo atrapado por la mano del teñido y deshizo el agarre pero solo para posicionarlo en otro lado, es decir, entre sus manos.
El mayor atrapó la mano ajena y entrelazó sus dedos, no demasiado fuerte pero si lo suficientemente seguro como para no dudar en los pocos segundos que duró aquella acción.
Después de saberse seguro en aquel agarre metió ambas manos en el bolsillo izquierdo de su chaqueta con un gesto casual y seguro mientras dejaba que el calor de ambas manos inundase el pequeño espacio interior de aquella prenda.
-Así mejor.- apenas susurró sin mirarlo, continuando su camino, sabía que si le miraba, que si dudaba quizás Peter se alejaría, o quizás las miradas indiscretas de los demás transeúntes se fijarían en ellos un poco más de lo necesario.
El resto del camino se pasó casi de un plumazo, cuando se quiso dar cuenta ya estaba frente a la puerta de su departamento, y ya allí, para si pequeño disgusto, se vio obligado a soltar la mano ajena, había acabado su cometido, que era llevarlo sano y salvo a casa, por lo que mantenerlo era inútil y especialmente molesto.
Aun con un silencio sepulcral rodeándolos el mayor abrió la puerta y pasó primero, dejando vía libre al contrario para pasar.
Michael- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 06/08/2014
Re: One of those days {Michael}
// (╯◕ヮ◕)╯*:・゚✧
C'est la manie {Michael}
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Peter- Mensajes : 48
Fecha de inscripción : 27/08/2014
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