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A mitad del otoño empiezan las primeras nieves. Como siempre South Park se viste de blanco y los habitantes sacan abrigos, gorros y guantes, pero sobre todo las palas para despejar sus entradas. Pero la gente de este pequeño pueblo de montaña está demasiado acostumbrada al frío y nadie les impide seguir con sus vida cotidiana.
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Gold Days (Fanfic)
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Gold Days (Fanfic)
PD: Quizás las personalidades no están de lo mejorcito interpretades, y van a haber algunos cuantos OC's, pero espero que igual se pueda disfrutar a quien sea que pueda gustarle esta basura que creé con mis manitas y un teclado xD
-...¿Y ahora qué, tienes ganas de cagar, abuelo?-preguntó una joven, asomándose a la puerta de una habitación algo abandonada, silenciosa, donde un anciano acariciaba una fotografía enmarcada de él mismo en su juventud.
-No, mierda, no, estaba contando algo importante, ¿a dónde coño te fuiste? ¿Que ya no hay respeto o qué?
-Bueno, comenzaste a hablar gilipolleces cuando te pregunté si te apetecía un helado, así que me fui a comer yo uno mientras tú fantaseabas esas mierdas de... uh...¿Chador? ¿Dónde te crees que vives, viejo?
Suspirando, el anciano hizo un gesto, echándose sobre su sillón y acomodándose, observando la ventana. Afuera, el sol brillaba, y se podía contemplar un par de niños tirarse de los pelos los unos a los otros en la gran batalla por ''el último helado''. Y así, sus apagados ojos cansados, volvieron a posarse en la fotografía. Una imagen de fin de año, el día de su graduación... El último día que vio a ''esos gilipollas''. Cielos, realmente los odiaba, pero se había divertido. Eso había que concederlo.
Nuevamente, cerró sus ojos, reposando la cabeza en el respaldo del sillón.
-Como si fuese ayer... Esos gilipollas... Seguramente hoy, también serán gilipollas.-murmuró, durmiéndose lentamente. Mas, aún, tras sus párpados, aquellos niños seguían persiguiendo al gordo.
-¡¡Que os den, mariconas!!-rió el muchacho, encerrándose en su casa, subiendo las escaleras y asomándose por la ventana del segundo en su habitación, mostrando el helado de chocolate chorrear ligeramente, un poco derretido a causa del calor-¡¡Es mío!!
-¡Que te den, gordo de mierda!- dijo uno de los que le perseguían. Sin embargo nadie se movió, contemplando con odio a la bola de grasa que abría su bocaza para llevar su helado a los labios, y suavemente, muy lentamente, para sentir todo el frescor de aquél tesoro...
...Joder, sabía a mierda. No era chocolate.
Sin pensarlo, lanzó el helado a la cabeza de una muchacha que pasaba por allí.
-Que os aproveche-les sonrió, entrando de nuevo a la casa y cerrando la ventana- Pffff... eso era una basura de helado, qué timo.
Bajó hasta la cocina y abrió el congelador, sacando una caja y abriéndola para hacerse con un helado de chocolate del súper. Sí, tío, eso sí era chocolate.
Así que se sentó en el sofá a disfrutar del polo mientras zapeaba, en busca de algo entretenido, cuando escuchó su móvil temblar. Lo tomó y leyó el nombre de quien llamaba. ''Red''. ¿Para qué le llamaría la pelirroja a esas horas en su momento de clímax final junto con su amante, Miss. Helado? Más vale que fuese algo importante.
Pulsando con su enorme pulgar el botón de aceptar llamada, llevó el móvil a su oído, teniendo que retirarlo al instante.
-¡¡¡¡Cartman!!!!
-Que encanto de niña-contestó con su repelente voz, en tono burlón-¿Qué se te ofrece, putingui?
-¡Cállate, Cartman, y mueve tu gordo trasero a la biblioteca AHORA!¡No me hagas esperar, ¿entiendes!?
-ehhh.... ¿qué? ¿Piensas que podría ir ahora a la biblioteca? Tengo una muy extensa agenda, mi persona es ALGO, no como tú y---
-¡¡¡Cartman!!!-irrumpió-¡¡Apúrate si no quieres que vaya yo a arrastrarte!!-y dicho esto, la llamada se colgó. La señorita Tucker estaba de bastante mal humor. Fabuloso.
Así, el chico se esforzó por terminar de dos bocados el polo, medio derretido, y levantar su pesado trasero del sofá, dejando la marca inigualable de que él había estado ahí sentado. Apagó la televisión, guardó en alguno de los bolsillos de sus pantalones en la zona de sus rechonchas pantorrillas su móvil, y salió.
Y así, pronto llegaría a la biblioteca a reunirse con la pelirroja y saber qué pasaba para estar tan furiosa. A ser sinceros, gana alguna no tenía. Pero la curiosidad le impulsaba a seguir caminando bajo aquél sofocante calor.
Y así, la dama, abrió un poco su chador, para poder pasar sus manos alrededor de aquél hombre llamado verano que la cortejaba con semejante sutileza, y poder abrazarle con suavidad. La suave brisa, como un helado derritiéndose, comenzó a sentirse cada vez menos. Y así, gradualmente, el aire parecía teñirse de un rojo carmesí, incendiando los pulmones de todo aquél que no estuviese en una sala con aire acondicionado.
Notita: Esto va a ir por capítulos. Éste es el primero, y los demás se van a ir posteando en este mismo tema.
Nota dos: Para los que tengan duda, el chador (''shador'', como yo le digo xD) es una vestimenta tradicional de las mujeres en Irán, según me hicieron entender. Si buscan imágenes, verán que es una gran pieza de tela sobre la cabeza abierta por delante. No tiene por el momento ningún significado especial para la historia, sólo me gustaba la imagen mental que me hice de la señorita Dama Roja (?)
Uno
''El sol brillaba sobre las cabezas de los habitantes de South Park Colorado. El frío, hace pocos días mortal, era sacudido con lentitud y delicadeza por la dama de rojo oculta bajo su precioso chador de tonalidades cálidas. La mujer sin piel, conocida por todos los niños. El señor Verano se asomaba por la esquina, y finalmente, besaba la mano de la señorita, con delicadeza. Y así, el verano llega, una vez más, a South Park Colorado. Todo verano, obviamente, no tendría sentido sin aquél cántico mundialmente conocido, la dichosa melodía que indicaba a todo padre que aquél día sufriría las pataletas de su niño por un puñado de monedas, y daba luz verde a los hijos de Adán a enzarzarse en una intrínseca lucha con las doñas Evas para llegar antes a la procedencia de aquella melodía.
Un carro blanco, enorme, a cuatro ruedas, conducido por una joven de cabellos rubios atados a una alta coleta, se detuvo, aparcando frente a la acera, bien apegada al bordillo. Todos los niños se apegaron al auto, y así, la batalla comenzaba. Bien sabía la rubia que la recompensa iba a ser, en esa ocasión, satisfactoria.
-¡¡Oh, sí, mierda, jódanse todos, el último es mío, maricas!! -gritó un muchacho entre el montón, con cierta voz repelente de tono algo ahogada, ligeramente chillona, mas aún, después de todo, con ese tono masculino, mientras salía disparado como una flecha a esconderse algún lugar tranquilo para devorarlo, agarrando con fuerza el helado con sus algo rechonchas y grasientas manos.
-Mierda, ¡¡¡esto es imperdonable!!! ¡¡¡Agarren a ese gordo!!
...''
Un carro blanco, enorme, a cuatro ruedas, conducido por una joven de cabellos rubios atados a una alta coleta, se detuvo, aparcando frente a la acera, bien apegada al bordillo. Todos los niños se apegaron al auto, y así, la batalla comenzaba. Bien sabía la rubia que la recompensa iba a ser, en esa ocasión, satisfactoria.
-¡¡Oh, sí, mierda, jódanse todos, el último es mío, maricas!! -gritó un muchacho entre el montón, con cierta voz repelente de tono algo ahogada, ligeramente chillona, mas aún, después de todo, con ese tono masculino, mientras salía disparado como una flecha a esconderse algún lugar tranquilo para devorarlo, agarrando con fuerza el helado con sus algo rechonchas y grasientas manos.
-Mierda, ¡¡¡esto es imperdonable!!! ¡¡¡Agarren a ese gordo!!
...''
-...¿Y ahora qué, tienes ganas de cagar, abuelo?-preguntó una joven, asomándose a la puerta de una habitación algo abandonada, silenciosa, donde un anciano acariciaba una fotografía enmarcada de él mismo en su juventud.
-No, mierda, no, estaba contando algo importante, ¿a dónde coño te fuiste? ¿Que ya no hay respeto o qué?
-Bueno, comenzaste a hablar gilipolleces cuando te pregunté si te apetecía un helado, así que me fui a comer yo uno mientras tú fantaseabas esas mierdas de... uh...¿Chador? ¿Dónde te crees que vives, viejo?
Suspirando, el anciano hizo un gesto, echándose sobre su sillón y acomodándose, observando la ventana. Afuera, el sol brillaba, y se podía contemplar un par de niños tirarse de los pelos los unos a los otros en la gran batalla por ''el último helado''. Y así, sus apagados ojos cansados, volvieron a posarse en la fotografía. Una imagen de fin de año, el día de su graduación... El último día que vio a ''esos gilipollas''. Cielos, realmente los odiaba, pero se había divertido. Eso había que concederlo.
Nuevamente, cerró sus ojos, reposando la cabeza en el respaldo del sillón.
-Como si fuese ayer... Esos gilipollas... Seguramente hoy, también serán gilipollas.-murmuró, durmiéndose lentamente. Mas, aún, tras sus párpados, aquellos niños seguían persiguiendo al gordo.
-¡¡Que os den, mariconas!!-rió el muchacho, encerrándose en su casa, subiendo las escaleras y asomándose por la ventana del segundo en su habitación, mostrando el helado de chocolate chorrear ligeramente, un poco derretido a causa del calor-¡¡Es mío!!
-¡Que te den, gordo de mierda!- dijo uno de los que le perseguían. Sin embargo nadie se movió, contemplando con odio a la bola de grasa que abría su bocaza para llevar su helado a los labios, y suavemente, muy lentamente, para sentir todo el frescor de aquél tesoro...
...Joder, sabía a mierda. No era chocolate.
Sin pensarlo, lanzó el helado a la cabeza de una muchacha que pasaba por allí.
-Que os aproveche-les sonrió, entrando de nuevo a la casa y cerrando la ventana- Pffff... eso era una basura de helado, qué timo.
Bajó hasta la cocina y abrió el congelador, sacando una caja y abriéndola para hacerse con un helado de chocolate del súper. Sí, tío, eso sí era chocolate.
Así que se sentó en el sofá a disfrutar del polo mientras zapeaba, en busca de algo entretenido, cuando escuchó su móvil temblar. Lo tomó y leyó el nombre de quien llamaba. ''Red''. ¿Para qué le llamaría la pelirroja a esas horas en su momento de clímax final junto con su amante, Miss. Helado? Más vale que fuese algo importante.
Pulsando con su enorme pulgar el botón de aceptar llamada, llevó el móvil a su oído, teniendo que retirarlo al instante.
-¡¡¡¡Cartman!!!!
-Que encanto de niña-contestó con su repelente voz, en tono burlón-¿Qué se te ofrece, putingui?
-¡Cállate, Cartman, y mueve tu gordo trasero a la biblioteca AHORA!¡No me hagas esperar, ¿entiendes!?
-ehhh.... ¿qué? ¿Piensas que podría ir ahora a la biblioteca? Tengo una muy extensa agenda, mi persona es ALGO, no como tú y---
-¡¡¡Cartman!!!-irrumpió-¡¡Apúrate si no quieres que vaya yo a arrastrarte!!-y dicho esto, la llamada se colgó. La señorita Tucker estaba de bastante mal humor. Fabuloso.
Así, el chico se esforzó por terminar de dos bocados el polo, medio derretido, y levantar su pesado trasero del sofá, dejando la marca inigualable de que él había estado ahí sentado. Apagó la televisión, guardó en alguno de los bolsillos de sus pantalones en la zona de sus rechonchas pantorrillas su móvil, y salió.
Y así, pronto llegaría a la biblioteca a reunirse con la pelirroja y saber qué pasaba para estar tan furiosa. A ser sinceros, gana alguna no tenía. Pero la curiosidad le impulsaba a seguir caminando bajo aquél sofocante calor.
Y así, la dama, abrió un poco su chador, para poder pasar sus manos alrededor de aquél hombre llamado verano que la cortejaba con semejante sutileza, y poder abrazarle con suavidad. La suave brisa, como un helado derritiéndose, comenzó a sentirse cada vez menos. Y así, gradualmente, el aire parecía teñirse de un rojo carmesí, incendiando los pulmones de todo aquél que no estuviese en una sala con aire acondicionado.
Notita: Esto va a ir por capítulos. Éste es el primero, y los demás se van a ir posteando en este mismo tema.
Nota dos: Para los que tengan duda, el chador (''shador'', como yo le digo xD) es una vestimenta tradicional de las mujeres en Irán, según me hicieron entender. Si buscan imágenes, verán que es una gran pieza de tela sobre la cabeza abierta por delante. No tiene por el momento ningún significado especial para la historia, sólo me gustaba la imagen mental que me hice de la señorita Dama Roja (?)
Kelly Townshed- Mensajes : 42
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