Craig Tucker: Post de prueba

Los pequeños guinea pigs eran esponjosos, suaves... Uno miraba al moreno con unos ojos negros y redondos, antes de dar una vuelta sobre sí mismo. Era la cosa más adorable que había visto nunc...

La alarma empezó a sonar y Craig abrió los ojos vagamente.

-Ñgh...- los cerró de nuevo y se removió entre las sábanas alborotadas ocultando la cabeza y sacando la mano, tratando de alcanzar el reloj, pero no lo conseguía y el sonido seguía, cada vez más fuerte. Aquello le cabreó y cuando por fin dio con él lo tomó y lo estampó contra una pared sin muchas ganas.

Alguien golpeó la pared ante el sonido del pobre aparato.

-CRAIG!!! Basta de romper los relojes, joder!!! Es el tercero que te compramos esta semana, subnormal!!!- rugió Thomas Tucker.

-Mmm...- el chico subió por fin la cabeza dejando la mirada perdida.- Como sea...

Bostezó y como zombie se arrastró hasta quedar sentado en la cama, bostezando por segunda vez y rascándose la barriga por debajo de la camiseta de tirantes blanca que usaba de pijama junto a su ropa interior. Con gesto medio adormilado aun y algo indiferente echó un rápido vistazo a su cuarto. La ropa del día anterior seguía por el suelo tirada, el escritorio lleno de trastos, casi enterrando un ordenador portatil que pocas veces usaba, el teléfono en su mesilla por haber estado hablando por wasap la noche anterior y al lado el paquete de tabaco. La mochila seguía donde la dejó al volver. Un momento... Había deberes, no? Bueno, ahora qué importaba.

Se puso en pie y pasó de rascarse la barriga a estirarse un poco y pasar a rascarse vagamente la entrepierna, recolocándose el miembro de manera distraía antes de acercarse a la jaula de Stripe, quien ya estaba haciendo algunos ruidos. Sonrió agachandose y metiendo un dedo entre las rejas para tocarle y luego le puso de comer y comprobó que tuviese agua.

Salió de la habitación y se encerró en baño para darse una ducha, que era lo único que le despejaba por completo en las mañanas. Una vez listo se vistió, sencillo como siempre (jeans, zapatillas y camiseta) y bajó a la cocina. Su padre leía el periódico aun en pijama y su madre canturreaba mientras preparaba unas tortitas que ya olían a quemado. Ruby estaba ya lista también y le mostró el dedo cuando llegó. Respondió con lo mismo y se sentó, tomando un poco de zumo. Thomas bajó el periódico casi al instante y olfateó el ambiente. Desde que pillaron a Craig fumando en el patio del instituto solía hacer aquellas cosas, como si de verdad pensara que su hijo seria tan estúpido como para fumar en aquel momento. Él solo le miró de reojo y el otro le devolvió la mirada, entornando los ojos con desconfianza, una tensión que cortó su madre cuando depositó las tortitas (negras completamente) delante de Craig y le besó en la cabeza a modo de saludo matutino.

-No le mimes tanto- gruñó Thomas.

-Hago lo que me da la gana con mis hijos, cariño- respondió ella. Ambos se mostraron el dedo del medio, pero Craig ya empezó a comer sin más.

-Pasa el sirope. Rubs- pidió con voz nasal y algo ronca, como le salia todas las mañanas.

-Las palabras mágicas.- pidió ella. Su hermano la pateó por debajo de la mesa.- Aaah! Papá!!- gritó ella antes de devolvérsela.

-CRAIG!!!- rugió el hombre. Ruby sonrió victoriosa a su hermano y él le sacó el dedo en respuesta.

Después de la "agradable" mañana en familia se atavió chaqueta y gorro azules y unos guantes negros y salió a la calle seguido por su hermana. Subió en el coche y mientras ella subía a su lado se encendió un cigarro, antes de sonreir a la chica con cierta travesura personal. Ella le devolvió la misma sonrisa y él dio una calada y tiró el humo al aire antes de meter la primera marcha y arrancar.

Una vez dejó a Ruby en el colegio de secundaria pasó a por Tweek. El cafeinómano se mostró como siempre demasiado nervioso, pero Craig escuchó todas sus paranoias con tranquilidad, soltando algunos comentarios sueltos al respecto.

-Seguro esos gnomos se lo merecían... Cuando les vea les pegaré una paliza, no te preocupes...

La siguiente parada era la casa de los Donovan y mientras esperaban al lento de Clyde Craig se dedicó a acariciar con cariño el cabello del rubio y indicarle que llevaba la camisa mal abrochada. Después de estar un buen rato esperando sin que el castaño saliera Craig masculló y bajó, frotandose las manos por el frio y corriendo hasta la puerta para tocar. El señor Donovan le explicó que Clyde se había ido ya con Token y Craig volvió al coche malhumorado.

- Se ha largado ya, el muy...- apretó los labios molesto pero arrancó sin más, acelerando más de lo que correspondia para poder llegar a tiempo, porque ya iban retrasados. Como le castigasen de nuevo por llegar tarde Clyde se iba a llevar un buen zape cuando le viera!

Team Stripe