Compartamos el almuerzo [Priv. Red]

Desde que éramos niños Red y yo siempre nos sentábamos juntos a la hora del almuerzo, intercambiando nuestra merienda si la contraria era de nuestro agrado. Era casi religioso el encontrarnos todos los días a la misma hora y en la misma mesa, hasta que poco a poco fuimos cambiando.

Por su parte, Red comenzó a juntarse más y más con las chicas, mientras que yo hallaba refugio en Bradley y nuestro gusto mutuo por Star Wars. Ya para cuando me percaté de lo sucedido tan sólo nos limitábamos a saludarnos en el pasillo con un ligero gesto casi imperceptible por el resto de los presentes. ¡No podía creer que esto había pasado! ¿Cómo lo había permitido? Sabía que no podía dejarme llevar por mis sentimientos o terminaría incluso peor que Anakin al ser arrastrado al lado oscuro, pero aún así…

No, no podía permitir aquella separación, ¿A caso Mario sería el mismo sin Peach? ¿Link sin Zelda? ¿Han sin Leia? ¿¡Sonic sin Amy!? ¡Por supuesto que no! Así que el día anterior me había armado de valor y a la hora de la salida alcancé a la pelirroja para proponerle almorzar juntos al día siguiente, sintiéndome en Cloud Nine al recibir una respuesta afirmativa. ¡Era más que perfecto! Y claro, mis redes sociales no se podían quedar sin saber.

Y después de una larga y peligrosa jornada, Mario arriba al castillo donde posiblemente se encuentra su princesa.

Fue lo que publiqué tanto en Tumblr como en los foros donde estaba, sabiendo que muchos de los usuarios me entenderían a la perfección.

Y por esa razón me encontraba sentado en la mesa que me había regalado tantos recuerdos, metido casi de lleno en mi iPhone jugando Angry Birds: Star Wars mientras que miraba de vez en cuando a la entrada de la cafetería, hasta que la vi entrar al lugar. Sin pensarlo dos veces levanté una de mis manos para hacerle señas, indicándole mi posición y esperando así a que se acercara a nuestro lugar.

—Nihao, ¿Cómo estás?— pregunté con una sonrisa en mi rostro, era casi imposible ocultar mi estado emocional. ”Autocontrol Kevin, autocontrol”.

Días lejanos y buenos, era lo único que solía pensar cuando recordaba la hora del almuerzo con Kev. Eran buenos momentos para ella en aquel tiempo, le eran divertidos y entretenidos, puesto que sabía que tenia a alguien con quien pasar el tiempo a estar sola, aunque como todo lo bueno, algún día se termino eso de alguna manera.

Me fui por un lado, donde al parecer el rosa y los brillos serian parte de ello, mientras el siguio su camino como el jedi que siempre fue. Nunca lo note hasta que ya estabas por lados diferentes, tenia tantas cosas que pensar que olvide la costumbre que teníamos. Por un momento estaba convencida de poder dejarlo en el olvido y seguir con lo que solía hacer día tras días con las demás chicas.

Pero eso no pudo ser nunca, y la razón fue por que el asiático llego con la propuesta de comer juntos. Maldije mil cosas en aquel momento, pero mi subconsciente fue mas rápido que yo, aceptado la propuesta, siendo demasiado tarde como para cambiar de parecer, contando que incluso a mi me gustaba la idea que volver a los viejos tiempos y volver almorzar con el por lo menos un día.

El día se hizo eterno hasta la hora del almuerzo, despidiéndome de algunas personas antes de caminar hacia la cafetería, realmente no tenia ni la vil idea de que podríamos hablar sin dejar un silencio incomodo. Antes de darme cuenta ya estaba en la cafetería, notándolo enseguida para sonreír al ver el lugar escogido, realmente me lo esperaba, acercándome nuevamente como si mi cuerpo se moviera por si solo para poder sentarme escuchando lo que decía.

Nihao, ¿Cómo estás?

-Hey, bien, feliz con esta propuesta y tu?- respondí con toda honestidad, estar ahí me hacia sentirme en los viejos tiempos, llegando a sentir el "doki doki" al recordar pasado y tantos sentimientos que posiblemente se perdieron al alejarnos.

Me mantuve con la vista en ella, detallándola con bastante gusto. No iba a negar que ahora se veía muchísimo más femenina, pero era de esperarse al estar terminando los años de adolescencia, incluso si no iba tan despampanante como las demás tenía un brillo único que sólo era comparable con la belleza de la princesa Leia o Padme.

-Hey, bien, feliz con esta propuesta y tu?

Eso fue como un coro de ángeles para mí, mucho más que el mejor opening anime de la historia. ¿De verdad estaba tan feliz por regresar a tomar el almuerzo conmigo? ¡Esa era una muy buena señal! Sólo debía procurar mantenerle esa dicha para que todo saliera a la perfección. A-aunque lo que más me aterraba es que pusiera tanto esfuerzo en un simple almuerzo, ¡Ni que se tratara de una cita!

—¡Bien también!— respondí casi de inmediato. —Qué bueno que estés feliz Red, a decir verdad dudaba un poco antes de preguntarte— reí ligeramente con algo de vergüenza mientras me llevaba la mano a la nuca. —La lógica me decía "No lo hagas Kevin, no hay forma de que ella acepte" ¡Pero henos aquí!— dicho eso tomé mi iPhone para darle una última mirada rápida a las redes sociales antes de anunciarles mi ausencia por estar en el almuerzo y guardarlo en mi bolsillo. A pesar que mis lectores tenían un valor importante para mí una amiga como Red valía mucho más.

—Por cierto, ¿Qué trajiste hoy de almorzar?— le pregunté mientras me agachaba para alcanzar mi bolso y sacar de este el bento [Con diseño de Star Trek por supuesto] que yo mismo había preparado. Sí, era un bento japonés... y yo soy americano... ¡Pero hey! Con todos mis gustos algo de otaku se me tenía que colar. —Yo traje algo de Nasi Goreng acompañado con ensalada de vegetales, ¿Te gustaría intercambiar?— había hecho ese almuerzo especialmente para ella, así que si decidía que lo intercambiáramos no habrá gran daño.

-¡Bien también! Qué bueno que estés feliz Red, a decir verdad dudaba un poco antes de preguntarte, la lógica me decía "No lo hagas Kevin, no hay forma de que ella acepte" ¡Pero henos aquí!

Reí un poco al escucharle, era algo tan típico de el!. Realmente en un principio pensé que seria incomodo después de mucho tiempo, pero estaba totalmente equivocada, realmente me siento cómoda y relajada, algo que realmente apenas creo sentir con otras personas, en especial con las chicas, me pregunto por que. Pero daba igual, observe como miraba de momento lo que imagine su iPhone, aprovechando para verle un poco con detenimiento, realmente era sorprendente lo que la adolescencia lograba hacer, ¿donde quedo ese adorable niño que daba ganas de mimarlo y tomarle fotos?

-Por cierto, ¿Qué trajiste hoy de almorzar? Yo traje algo de Nasi Goreng acompañado con ensalada de vegetales, ¿Te gustaría intercambiar?

-¡Claro! Sera interesante- mencione mientras sacaba de mi bolso sacaba un "topper" el cual estaba dividido en 3 de plástico negro y una tapa con un estampado algo bonito y animado, tanto como infantil y me dio algo de vergüenza. -Traje algo de ensalada de verduras, un poco de arroz y me parece que unas salchichas- ni yo recordaba claramente lo que había hecho esta mañana, solo recuerdo que lo había hecho algo "bonito pero sin exagerar", tal vez termine por hacer el famoso "Onigiri" y "Tako-chan" o salchichas en forma de pulpo.

Aunque con pensarlo solo me avergonzaba mas, esperando que no fuera tan así. -Toma- dije mientras le entregaba el "topper" que contenía el alimento en los 3 espacios de este divididos con unos extra para los cubiertos.

-¡Claro! Sera interesante

Todo volvía a ser como antes o al menos lo sucedido hasta ahora así lo prometía, pero debía mantenerme al tanto de cualquier desperfecto o exceso de confianza que pudiera ocurrir, sería muy ilógico de mi parte descuidar los factores externos nada más por unas señales primerizas y rápidas, no me lo perdonaría si algo llegaba a suceder por mi descuido.

-Traje algo de ensalada de verduras, un poco de arroz y me parece que unas salchichas

—¡Oh! A ver— respondí tomando mi bento con una mano para dárselo mientras tomaba su topper con emoción, dejándolo frente a mí para detallarlo unos segundos. Era tan lindo y femenino, tal como la chica al otro lado de la mesa. Por supuesto que mis manos comenzaron a temblar conforme las acercaba para destaparlo, ansioso por ver el aspecto y olfatear el aroma. En el pasado cuando intercambiábamos siempre eran alimentos hechos por su mamá, pero esta vez eran hechos por la mismísima Red... ¡Por Spock! Quería probarlos ya Dx

Por fin coloqué los pulgares sobre la tapa y la retiré conforme mis expectativas crecían, quedando más que sorprendido al ver la presentación del "arróz" y las "salchichas" ¡Eran onigiris lindos y pequeños con pulpitos de salchicha! Lo weeaboo estuvo a punto de salir de mí en una exclamación de cualquier palabra en japonés, más como buen maestro jedi logré mantener la compostura, tomando entonces uno de los onigiris para llevármelo a la boca y comerlo. De inmediato el delicioso sabor se extendió por mis papilas gustativas, llevándome al cielo de la gastronomía.

—¡Qué bien cocinas! Ahora tengo celos de tu novio — reí al comentarlo, pero casi me muerdo la lengua al percatarme de mis propias palabras. Santo Yoda, ¿De dónde rayos había salido eso? —N-no es como si lo dijera en mala manera hahaha! C-como amigos, no románticamente— corregí con algo de torpeza, ignorando en lo posible el rubor en mis mejillas mientras me sobaba la nuca con la mano libre.

—¡Ah! ¿Ya probaste el Nasi Goreng? ¿Qué tal está?— cambié de tema de inmediato, aunque me sentí terriblemente mal por haberme perdido la primera reacción ante el sabor... debí haber estado más pendiente de ella en vez de perderme en mi propio mundo, odiaba que mi lado humano me hiciese cometer esos errores... sigh.