This is totally (not) a date {Priv. Pip}

Damien no podía evitar preguntarse de un segundo a otro si no habría sido una mejor idea quedarse en casa y ver un maratón de SAW.

No era que el parque de diversiones estuviera tan mal. Hasta eso, había algunas atracciones que podrían considerarse divertidas (como la montaña rusa, tenía que volver a subirse), pero… Seguro que se estaría mucho mejor si no hubiera tantas personas. Por todos lados. Gritando, y hablando en voz innecesariamente alta, y riendo, y en fin. Era en momentos como ese cuando le habría gustado poder desaparecerlos a todos de una maldita vez. O al menos silenciarlos. Las multitudes no eran lo suyo, y un sábado por la tarde-noche parecía ser el momento en el que el parque se llenaba más que cualquier otro día de la semana.

Al menos no había tenido aun la (muy) mala suerte de toparse con alguien que tuviera la desgracia de conocer. Y esperaba que las cosas siguieran así, muchas gracias.

Después de una hora de subirse a algunas atracciones, aunque no tantas como le habría gustado porque las filas eran ETERNAS, decidió hacer una pausa para comprar un helado. Para la siguiente vuelta estaba considerando seriamente hacer trampa con sus poderes y pasarse al frente de la fila, la seguridad no parecía ser la gran cosa, dudaba mucho que alguien le pusiera atención y le dijera algo.

Y si le decían algo, ¿qué?

Con su helado de fresa y chocolate fue a buscar algún lugar donde sentarse y que no tuviera que soportar la presencia de nadie más. Sin embargo, se detuvo en seco junto a puesto de hot-dogs cuando le pareció ver a alguien conocido entre la multitud. Por los siete infiernos, ¿de verdad sería Pip? No habían vuelto a hablar la gran cosa después de aquella tarde del proyecto.

¿Debería saludarlo o…? No. No, no, no. Mejor dejarlo así. Lo más probable es que Pip viniera con alguien y lo que él tenía que hacer era huir antes de que lo viera. Actuar con naturalidad era lo más importante. Lanzó el helado por ahí, sin fijarse en donde caía, y comenzó a retroceder un poco. Si se desaparecía llamaría mucho más la atención, así que lo más fácil era escabullirse y fingir que no lo había visto.  

Y quizás su plan habría funcionado de no haber chocado con el puesto de hot-dogs al caminar hacia atrás sin prestar atención y encenderlo en llamas por accidente.

Maldita sea. Odiaba cuando eso ocurría.