Un paseo de perros y ardillas (calles del vecindario) [priv. stan]

¿Qué podía hacer? Quería sacar a todos mis perros a pasear, pero eran muchos, no querían que escaparan, así que me paré en frente de ellos, que estaban en una fila, como un general enfrente de sus soldados.

-Bien chicos… Uno de ustedes… y solo uno de ustedes saldrá hoy a pasear… el elegido dará una vuelta al vecindario, así que, ¿quién se ofrece? – todos los perros empezaron a ladrar- bleh, te escojo a ti, vanilla- sacó una correa y la amarró al collar de la Golden Retriever.

Salí de mi casa, junto con vanilla, y comenzamos nuestro paseo. Era algo difícil organizar cuando sacaba a los perros o cuando no, pero valía la pena, todos tenían su turno para salir, menos maximus, a ese perro infernal lo mantenía esa jaula para que no lastimara a nadie(?). En el camino, me detuve un segundo, pues vi a una de esas malvadas bandas, que nos habían estado molestado a mis perros y a mí en numerosas ocasiones, viéndonos fijamente… ardillas. Esas infelices desgraciadas me aventaban nueces cada vez que me veían pasar por su árbol, nunca fallaban, me daban mero en la frente ¡cómo las odiaba!
-Miren nada más quienes han vuelto- les dije, molesta- pero si es la pandilla nuez… saben que tengo que pasar por ahí, ¿no?

Pero la ardilla líder, nut, me miraba con amenaza, balanceando una nuez en su mano. Por lo que busqué algo con qué defenderme… ¡Y vi algo! Guijarros… muajajaja, las goleparía con piedritas.

-Vanilla, prepárate- le advertí a mi perrita- será mejor que corras hacia otro lado a la de tres… uno, dos, tres- vanilla corrió y yo di un paso al frente, causando la furia de las arrrdillas, lanzándome todas la babosas nueces, y yo les respondí con las piedritas(?).

(Voy a aclarar que así lo ve angel, pero no es tan grave, es muy dramática xD)

¿Sabías que las ardillas son propensas a tener rabia? Sería mejor evitar que te mordiesen o a tu mascota

Ese chico pensaba que me dejaría infectar por esa horrible plaga, sigh, pero que vergüenza sería para mi, mis padres y mis perros. No, no, no, esas cosas jamás tocarían mi hermoso cuerpo(?).

-¿Rabia? No. Ellas no acabarían conmigo tan fácilmente, me quieren viva para torturarme. Es como si disfrutaran verme sangrar por culpa de las nueces… las odio tanto- contesté con seriedad con respecto a la pregunta sobre la rabia- Sin embargo, tendré mucho cuidado con vanilla, así se llama la perrita- le contesté con una sonrisa, sonreí aun más al verlo acariciarla- Parece que le agradas.

Tome una de las nueces que cayeron al piso y se la di al chico, aun con la sonrisa. Luego tomé otra yo y me la quedé. Le guiñé un ojo y la metí en mi bolsillo.

-Son recuerdos de guerra- le comenté y después de eso le apunté el árbol donde estaban mis enemigas, que al ver a tantos perros decidieron tomar la retirada… un segundo, ¿Perros? Volteé a ver y ahí estaban, unos perros que no eran míos- ¡Oh por dios! –grité emocionada mientras caminaba a la dirección de los perros- ¿Son tuyos?

Al verlos de cerca me di cuenta que solo uno podía tener dueño, los demás eran claramente callejeros, por lo que me sentí mal al verlos, poniendo una cara triste. Sabía que no podía tocarlos, pues desconocía si eran bravos o no, y no era porque me dieran miedo las mordidas, sino que el hecho de que me infectaran de alguna enfermedad no estaba permitido, por la posibilidad de contagiar a mis perros- ¿Puedo tocarlos?- le pregunté con una sonrisa, se podía ver la emoción en mis ojos

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