Clyde Donovan: Post de Prueba

Desperté aquella mañana con algo de dificultad y peleando con las sábanas de mi desordenada cama; me sentía cansado aún, debido a que la noche anterior estuve ocupado hasta tarde en el entrenamiento del equipo de futbol y llegué a casa solo para cenar e irme a dormir; la semana que venía teníamos un partido importante contra la secundaria del pueblo vecino y tenía un importante cargo encima mío por culpa del entrenador que decidió que debía "explotar más mi talento", pero yo sinceramente no estaba muy interesado en ese puesto, además los deportes eran lo mío pero al mismo tiempo sentía flojera de practicarlos.

Apenas logré deshacerme del enredo en el que estaba, apagué la molesta alarma que me incomodaba con su incesante sonido, era temprano y tenía que levantarme.

Este sería otro largo día.

Luego de darme una ducha, busqué entre una montaña de ropa desordenada, mi típica chaqueta roja, un par de blue jeans y mi querida camisa del equipo de los "Broncos de Denver" una de las pocas cosas que le tenía gran aprecio ya que me la había regalado Craig en un milagroso acto de amistad por mi cumpleaños cuando fuimos a ver el partido de ellos junto con Tweek y Token. Bueno, una vez listo me acerqué al espejo para ver si estaba presentable, traté de arreglar un poco mi cabello para que viera más informal, no me gustaba que estuviera del todo peinado, prefería lo espontáneo, a las chicas sí que les gustaba eso.

Luego de verificar que todo en mí estaba en orden, bajé al comedor para desayunar, mi papá había dejado preparado un par de tostadas y jugo de naranja, a juzgar por su aspecto recién había sido hechas seguro se había ido hace 10 minutos o más, él se levanta temprano para ir a trabajar a la zapatería y dejarlo todo en orden cuando sea la hora de abrir el centro comercial, se dedicaba mucho a eso para mantenernos a mi hermana y a mi.

Comí rápidamente y tomé mi mochila, quería llegar al colegio cuando antes, tenía que saber si iría a casa de Token a jugar con su nueva Play Station que tanto esperé, antes de irme vi una nota sobre la mesa, era de mi papá, no la había notado dado que mi atención estaba concentrada en la comida.

"Lo lamento hijo, no tuve tiempo de hacerte el almuerzo para las clases, puedes llevarte los tacos que quedaron de la cena de anoche"

No importaba, era genial saber que comería mi comida favorita para hoy otra vez, tomé la bolsa que estaba dentro del congelador y lo guardé en mi mochila con cuidado de que no se manchara nada, lo que menos quería era recibir gritos de los profesores sobre que mi tarea tenía salsa. Ante eso un viejo recuerdo vino a mi mente, de los días cuando era un niño y mi mamá preparaba tacos, ¿como olvidarlo? nadie en todo South Park ni en los restaurantes de comida mexicana cocinaba como ella, con tal cariño y ese sabor especial que solo una madre sabe poner. La extrañaba mucho. eran momentos como estos en los cuales recuerdo lo mucho que me hace falta, aunque sea para regañarme por no bajar la tapa del baño.

Las cosas no habían cambiado mucho desde su partida, yo seguía siendo el mismo chico algo llorón y sensible con ligeros toques de ingenuidad y mi papá el gran hombre dedicado a su familia; mi hermana era muy pequeña para recordarla pero sé que también la extraña.

Sonó el timbre de mi celular ¡Cierto debía ir a clases!, me fui no sin antes despedirme de su retrato que tenía en la sala, era una costumbre hablarle siquiera para pensar que seguía a mi lado. Cerré la puerta de la casa y me dirigí al colegio apresurado, de seguro ya habían llegado mis amigos.