Patty Nelson: Post de prueba

El sol se reflejaba escasamente por la ventana de la habitación de la señorita Nelson. ¡Otro día más! Definitivamente debía acabar de algún modo con los días sumamente aburridos. Se levantó sin rastro alguno de la presencia de alguno de sus padres, salió rápidamente aprovechando aquella ocasión para darse alguna escapadilla. El aspecto de la jovencita de cabellos negros puede ser un poco intimidante, en ocasiones se suele mostrar seria, pero no suele frecuentar con algún grupo de amigos.
Las calles se encontraban con algunas luces de faroles prendidas, al parecer no terminaba de ponerse el sol, ¿Tan temprano había perdido el sueño? La joven no solía despertarse temprano, pero tampoco tarde, era algo contradictorio, a veces llegaba a pesar que tenía supersticiones. Sus pies no parecían tener rumbo fijo, simplemente avanzaban como las fluidas olas de mar. Las calles vacías, se podía escuchar claramente el sonido de las pequeñas aves y del viento retando al sol al irse. Poco a poco las nubes se dispersaban, dando más espacio para trabajar al brillante astro solar. “No sé qué he estado haciendo con mi vida” menciono para sí misma de manera sarcástica, dejando escapar una pequeña risa de sus labios.

Fijo su mirada en el exterior, observando pequeñas manchas de lo que ella pensaba serían “sangre”, la joven con entusiasmo y curiosidad que la carcomían por dentro, siguió el pequeño trazo de gotas de sangre, ¡Ah!, la joven tenía que tener más cuidado, sus cabellos terminaron enredados entre pequeñas ramas, gracias a que no vio venir un árbol frente a ella.  El letrero con letras mal escritas y que apenas se podían leer decía: “¿Te atreves? Entra aquí” poco tiempo se dio a unos metros con una cabaña pequeña, ventanas pequeñas, puerta pequeña, tan pequeñas como sus muñecas que atesoraba cuando tenían entre siete años. Se acercó a pasos cautelosos, si la retaban ella sin duda iba a aceptar sin negarse a pesar de las consecuencias, asomo su cabeza en la ventana, entonces fue cuando una cabeza desfigurada colgaba  por dentro de la pequeña cabaña, Patty se llevó el peor susto de su vida.

Aun así quería seguir investigando, abrió la puerta, pero antes tomando una rama bastante sólida para poder defender ¿Qué tal si se trataba de algún maniático?, abrió la puerta y al ver tres sombras dio un fuerte golpe contra las personas poseedoras de aquellas sombras, grande fue su asombro al ver a tres pequeños niños yaciendo en el suelo por el golpe de la muchacha. ¡Niños! ¡Tenían que ser niños!, espero a que recobraran la conciencia,  dándoles unos cuantos caramelos a los pequeños –De verdad lo siento mucho-, observo la cabaña fijándose en el reloj ¡Ya era tarde! Solo escucho la aceptación de disculpas de los pequeños, para salir rápidamente de ahí, corriendo para asistir al instituto, no debía llegar tarde tenía un examen de lengua ¡Debió dedicar su tiempo en estudiar y no perder el tiempo! Pero no servía de nada ya pensar en ello.

Llego con una sonrisa radiante a la puerta del instituto, había llegado un minuto antes, pero no pudo avanzar ya que las puertas fueron cerradas. Una voz gruesa se hizo presente – Ya es tarde señorita Nelson, lo sentimos— La muchacha casi ahorca al portero, pero se pudo calmar, y no tuvo remedio más que esperar afuera a que “les diera lastima” y la dejasen entrar. Transcurrido media hora la jovencita no dejaba de reír, aun recordaba a esos peculiares niños, quienes le recordaban a un grupo de jóvenes, que no recordaba muy bien.