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Lo primero en destacar de este ser es su pálida piel que cubre toda la extensión de su cuerpo, siendo de un tono muy cercano al blanco y textura tersa. Sus facciones andróginas son lo que le han dado aquella facilidad para ser genderfluid, no teniendo problema alguno en hacerse pasar por chica o chico al usar el maquillaje correcto. Casi siempre pude vérsele con al menos delineador de ojos y polvo, que a su vez tiene componentes especiales para proteger su piel de los dañinos rayos solares.

Dependiendo del género al que se quiera parecer puede usar su ya acostumbrado cabello corto u optar por extensiones, siendo su cabello en general de un rojo bastante oscuro, casi llegando a confundirse con negro durante la noche o viéndose rojo brillante si lo llega a teñir. Lo porta completamente liso, acompañado por un tupido flequillo que en ocasiones cubre cubre parte de sus ojos. Su nariz delgada, pequeña y definida, su boca de labios muy finos muy frecuentemente curvados en su característica sonrisilla.

Su delgada complexión es algo difícil de ocultar bajo los ropajes ajustados que suele utilizar, siendo estos de tonos oscuros y negro, portando consigo alguna prenda a rallas y su ya recurrente collar con dije de cruz. Los zapatos a su elección pueden variar desde comunes zapatillas de caminar o tennis hasta las más extravagantes botas de plataforma con cadenas y broches, combinando siempre con el tipo de vestimenta que pueda llevar. Como es tan amante del frío no suele usar tanto abrigo, pues con una pequeña bufanda y dos capas de ropa con mangas largas le basta.

De maneras delicadas y movimientos bastante suaves Alex puede parecer alguien lleno de tranquilidad, risueña y amable, con gran pasión por lo oculto, lo desconocido, lo paranormal y lo prohibido, encontrando gran gusto y placer en ello. Es astuto y de fácil aprendizaje, su ágil memoria es capaz de recordar la mayor parte de los eventos transcurridos en su vida casi a la perfección, brindándole la habilidad y a su vez maldición de no olvidar las cosas por más que lo desee. La malicia corre por sus venas escondidas tras un ligero velo de inocencia fingida, condimentándolo con ese toque magnífico de travesura que le da esa mirada tan característica similar a un felino juguetón.

La frialdad es algo que no suele practicar con frecuencia, pero si la situación lo amerita por la o las personas que pueda tener en frente no dudará en actuar así, mostrándose como un ser cuyo remordimiento es nulo, pisoteando la ética y la moral sin importar las consecuencias que puedan traer. Sin embargo, no recurre a la violencia física, odiando causar heridas físicas pues considera que es mejor una herida psicológica, puesto que estas tardan mucho más tiempo en sanar que las ordinarias. Suele defender sus ideales y pensamientos, aunque detesta implantarlos en los demás.

Se podría decir que aún mantiene vivo a su niño interno, siendo alguien de curiosidad implacable, gran creatividad y gusto por aquellos pequeños detalles que la vida tenga para ofrecer, como el color de las hojas de otoño y su crujir o la peculiar belleza de algún musgo fosforescente que pueda apreciarse en la penumbra de la noche. Debe admitir que las conspiraciones le mueven el piso, siendo gran fan de ellas e incluso teniendo sus propias teorías y conspiraciones acerca del sistema del mundo. Incluso dejándose llevar en ocasiones por la paranoia de estas.

Alex nació en South Park como primogénito de una familia católica establecida en el pueblo montañés, convirtiéndose a los dos años en hermana mayor. Desde sus inicios en los años escolares asistió a la primaria del mismo pueblo donde pronto comenzó a explorar su personalidad y gustos, viéndose atraído hacia un cierto grupo de chicos que llamaban "Los niños góticos". No tardó en investigar sobre el tema, cambiando su apariencia a la de un gótico cualquiera al igual que su forma de ver el mundo, ajustándose a los macabros y oscuros ideales que todo gótico ha de tener. Con suerte, logró juntarse con ellos a inicios del 5to grado, conociendo todos y cada uno de los secretos de aquel culto, dispuesta a dar su vida por ellos. Sin embargo, los góticos empezaron a dudar, considerándole como "poco gótico" por negarse a tomar café y fumar, desencadenando así una serie de eventos que llevaron a aquellos chicos "desenmascarar" a Alex, expulsándole del grupo y llamándole "Vampiro conformista".

A partir de allí, fue acobijada por los vampiros, quienes con gusto le tendieron la mano para el inicio de su "Vampirización". Aunque no duró mucho con ellos, puesto que a mediados del año escolar sus padres tuvieron una crisis económica, quedando ellos sin empleo y utilizando los fondos familiares para enviar a Alex y a su hermana a vivir en Inglaterra con sus abuelos, donde según ellos tendrían mejores condiciones de vida y no tendrían que pasar por el trauma de la crisis. Ya para ese entonces, Alex estaba desarrollando curiosidad por su mismo cuerpo y preferencias, por lo que en poco tiempo comenzó a considerarse a sí mismo como genderfluid, intercalando tranquilamente entre chico y chica.

Pasó toda su adolescencia en aquel país, donde conseguir un grupo de vampiros no le resultó para nada difícil, apoyando de igual forma a su hermana quien empezó a juntarse con los góticos, siendo a su vez confidente y ayudante para un chico que estaba enamorado de su hermana, hablándole sobre el comportamiento de los góticos y siendo incluso mentor para él al aconsejarle cómo debía actuar, vestir y pensar para poder atraer a la menor. En resumen tuvo una adolescencia relativamente tranquila, ampliando sus conocimientos acerca del ocultismo y el vampirismo, trabajando incluso en sus técnicas de robo de energía, haciendo caso omiso a la muerte de su abuelo. Sin embargo, a los pocos meses su abuela falleció, dejando a ambos chicos por su cuenta a la edad de 17 y 19, conllevando a que sus padres enviaran la petición de su regreso. Alex regresó a South Park sin pensarlo dos veces, sabiendo que además el mismo chico que ayudó años atrás ahora vivía allí, pero su hermana decidió quedarse en Inglaterra.